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martes, 29 de enero de 2013

Capitulo 14

Sila ya había ocupado el corazón de Frank y el estaba dispuesto a conquistarla como fuera pero tenia que darse prisa porque solo quedaban siete días para el final de las fiestas, su deseo era un compromiso entre los dos para seguir viéndose. Durante la noche Sila le evitaba poniéndose siempre cerca de alguno de sus amigos, pero aun así cada vez que miraba le tenia a su lado con una sonrisa, hubo un momento que se sintió tan agobiada que decidió ir al baño, era el único sitio donde se sentiría libre de el, al llegar respiro hondo, llevaba rato allí cuando entró Katia buscándola.
-Me tenias preocupada, llevas mucho tiempo aquí metida, te encuentras mal.
-Estoy bien, es que Frank no deja de seguirme y es que me gusta demasiado por eso huyo de el, ya tuve una mala experiencia no quiero volver a pasarlo mal.
-Y porque no te enfrentas a el en vez de esconderte aquí, es que aunque no quieras le vas a tener que ver todos los días.
Sila no tuvo mas remedio que reconocer que su amiga tenia razón no podía estar escondiéndose siempre, asíque se armó de valor y se fue a buscar a Frank, vio que estaba solo a un lado y se acercó a el.
-Hola,-le saludó un tanto nerviosa-me gustaría hablar contigo.
El joven aceptó y salieron afuera. La joven estuvo un buen rato sin poder articular palabra, la mirada del chico la ponía nerviosa, entonces Frank se la acercó al oído y con voz suave la dijo:
<< ¿Sabes que? Quiero tener contigo una relación llena de magia, sentimiento, confianza y mucho amor >> comenzó entonces a acariciarla lentamente acercando sus labios a los de ella y la beso con fuerza, ella sintió que su corazón latía con rapidez, entonces escuchó la voz de su amiga llamándola, ya era hora de volver a casa, los músicos se estaban despidiendo. Sila se despidió allí mismo de Frank, el la invito a verse esa misma tarde en ese mismo lugar y ella con un ligero movimiento de cabeza aceptó la invitación.  Las dos amigas se agarraron del brazo, hacia frío e iban andando lo mas deprisa que podían para llegar a casa cuanto antes.
-Ya me contaras que ha pasado con Frank-comentó Katia.
-Me paso por tu casa un poco antes de ir al baile y te cuento-contestó Sila antes de entrar en la casa.
-De acuerdo, luego hablamos, que descanses.
Sila se metió en su habitación, se puso el pijama y se acostó, aunque estuvo un rato sin poder conciliar el sueño pensando en lo que la había pasado, ahora en el silencio del cuarto le daba vueltas a la declaración de amor que Frank la había susurrado al oído, ¿y ahora que? el beso y las caricias de Frank, esa mirada cautivadora habían despertado en ella sentimientos que parecían olvidados y a los que ahora no estaba dispuesta a renunciar. Pero ahora no era el momento de precipitarse, se lo iba a tomar con calma porque no quería volver a sufrir por otro chico, entonces el cansancio la pudo y se quedo dormida.
Mientras Katia no dejaba de darle vueltas a lo de Kevin, empezaba a sentirse culpable de lo que había pasado ¿y si se lo había tomado demasiado en serio? se preguntaba continuamente, ¿no tenia que haber salido corriendo si no haberlo hablado? Puede que le hubiera dado mas importancia que la que realmente tenia, eran preguntas que ella misma se hacia intentando encontrar alguna lógica a la aptitud que había tomado Kevin con ella; estuvo un buen rato dándole vueltas y no encontraba respuestas, el cansancio la venció y también se quedo dormida.

Era ya bien entrada la mañana cuando Julia entró ha despertar a su hija abriendo las cortinas para que entrara la luz.
-Vamos perezosa ¡¡¡a levantarse!!!
Katia se volvió hacia su madre y la miró con cara de descontenta por haberla despertado en lo mejor del sueño. Julia salió de la habitación dejándola que terminara de despertarse. Katia sabia que si tardaba en salir la madre volvería de nuevo y tiraria de ella hasta levantarla, se fue incorporando lentamente, entró en el baño, se lavo un poco la cara, se arreglo el pelo, se puso la bata y salió al salón donde estaban sus padres cada uno haciendo una tarea, allí les  dio los Buenos días. Entró en la cocina y se preparó un vaso de leche con cacao y se hizo un par de tostadas, sus padres observaban como hacia grandes esfuerzos para no dormirse y decidieron que lo mejor era que se volviera a la cama, no estaba en condiciones de mantenerse de pie, cuando  termino de tomar el desayuno Julia la acompañó de nuevo a su cuarto.
-Puedes dormir un rato mas, por lo menos hasta que sea la hora de la comida-dijo Julia.
Katia medio adormilada le dio las gracias y se acostó, Julia no había llegado ni a la puerta de la habitación y Katia ya dormía. Tumbada boca abajo con la cara pegada a la almohada y sin saber el tiempo que había pasado desde que se volvió a dormir, la pareció que sonaba su teléfono móvil, al principio creía que era un sueño porque lo sentía como muy lejos pero al ir cogiendo mayor tono supo que no soñaba, que realmente sonaba, así que alargo su mano hacia la mesilla, descolgó sin mirar quien llamaba y se lo acercó al oído. 
-Quien perturba mi sueño.
- Katia-se oyó decir al otro lado del auricular.
Pero estaba tan adormilada que no reconoció la voz.
-Si soy yo. Y tú quien eres.
-Como que quien soy, tanto ha cambiado mi voz.
Ahora si había reconocido la voz y se la abrieron los ojos de golpe, no se lo podía creer, ¡¡¡era el!!!
-¿Kevin?
-Si, soy yo.-y a continuación la  preguntó-Te encuentras bien.
-Si, estoy bien, solo que estoy todavía un poco adormilada, anoche nos acostamos tarde y todavía no me he levantado.
-Pues siento haberte despertado.
-Esta bien, no pasa nada, de todas formas tengo que levantarme, mi madre no creo que tarde en venir a recordarme la hora de la comida. Y tú que tal-le preguntó Katia.
-Bien, he estado intentando llamarte varias veces pero me sentía tan avergonzado por lo que paso que no sabia si tu querías hablar conmigo, pero al final mi madre me ha convencido, me ha dicho que era importante que hablara contigo. Te debo una disculpa, pero cuando entraste en la habitación estabas tan bonita y tan sexy que en lo único que pensé es en tenerte cerca y besarte y cuando lo conseguí me olvide de donde estábamos, hubo un momento en que no era consciente de lo que hacia, necesito que me perdones, te aseguro que lo estoy pasando muy mal y si tu lo deseas podemos continuar nuestra relación.
Katia escuchó con atención las disculpas de Kevin, había empezado a pensar que Kevin había perdido interés por ella después de lo que pasó en su casa.
-Cuando regrese-dijo Katia-tenemos que sentarnos y hablar del tema tranquilamente.
-De acuerdo-le contestó Kevin y se despidió.
Katia estaba eufórica por la  llamada de Kevin, se levantó y salió al comedor donde estaba su madre preparando la mesa, iba dando saltos de alegría dirigiéndose a su madre y se abrazó a ella, Julia no daba crédito, su hija se había vuelto loca de repente.
-Kevin me quiere,-repetía sin parar-me ha llamado y me lo ha dicho.
Katia no dejaba de dar vueltas por la sala repitiendo las mismas palabras una y otra vez  y Julia no dejaba de mirarla pero sin decir nada, Tomas entró en la casa al oír las voces.
-Que ocurre, que son esas voces-preguntó a las dos mujeres.
Katia al ver a su padre se calló y dejo de dar saltos, Julia se acercó a el, le cogió del brazo y se le llevo a la cocina mientras que Katia se metía en su habitación ha vestirse, mientras lo hacia pensaba en la cara de su padre asustado pensando que había pasado algo y se sintió avergonzada.
-¿Buff?,-pensó-y ahora que le digo yo cuando me pregunte los motivos por los que daba saltos como una loca.
Salió del cuarto intentando buscar las palabras con las que justificar su actuación, pero no hizo falta, su madre ya le había contado los motivos de su alegría, Tomas no abrió la boca, no quería ponerla en un apuro en esos momentos a su hija, pensó que ya hablaría con ella en otro momento.
 

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