Sila ya había ocupado el corazón de Frank y
el estaba dispuesto a conquistarla como fuera pero tenia que darse prisa porque
solo quedaban siete días para el final de las fiestas, su deseo era un
compromiso entre los dos para seguir viéndose. Durante la noche Sila le evitaba
poniéndose siempre cerca de alguno de sus amigos, pero aun así cada vez que
miraba le tenia a su lado con una sonrisa, hubo un momento que se sintió tan
agobiada que decidió ir al baño, era el único sitio donde se sentiría libre de
el, al llegar respiro hondo, llevaba rato allí cuando entró Katia buscándola.
-Me tenias preocupada, llevas mucho tiempo
aquí metida, te encuentras mal.
-Estoy bien, es que Frank no deja de
seguirme y es que me gusta demasiado por eso huyo de el, ya tuve una mala
experiencia no quiero volver a pasarlo mal.
-Y porque no te enfrentas a el en vez de
esconderte aquí, es que aunque no quieras le vas a tener que ver todos los
días.
Sila no tuvo mas remedio que reconocer que
su amiga tenia razón no podía estar escondiéndose siempre, asíque se armó de
valor y se fue a buscar a Frank, vio que estaba solo a un lado y se acercó a
el.
-Hola,-le saludó un tanto nerviosa-me
gustaría hablar contigo.
El joven aceptó y salieron afuera. La joven
estuvo un buen rato sin poder articular palabra, la mirada del chico la ponía
nerviosa, entonces Frank se la acercó al oído y con voz suave la dijo:
<<
¿Sabes que? Quiero tener contigo una relación llena de magia, sentimiento,
confianza y mucho amor >> comenzó entonces a acariciarla lentamente
acercando sus labios a los de ella y la beso con fuerza, ella sintió que su
corazón latía con rapidez, entonces escuchó la voz de su amiga llamándola, ya
era hora de volver a casa, los músicos se estaban despidiendo. Sila se despidió
allí mismo de Frank, el la invito a verse esa misma tarde en ese mismo lugar y
ella con un ligero movimiento de cabeza aceptó la invitación. Las dos amigas se agarraron del brazo, hacia
frío e iban andando lo mas deprisa que podían para llegar a casa cuanto antes.
-Ya me contaras que ha pasado con
Frank-comentó Katia.
-Me paso por tu casa un poco antes de ir al
baile y te cuento-contestó Sila antes de entrar en la casa.
-De acuerdo, luego hablamos, que descanses.
Sila se metió en su habitación, se puso el
pijama y se acostó, aunque estuvo un rato sin poder conciliar el sueño pensando
en lo que la había pasado, ahora en el silencio del cuarto le daba vueltas a la
declaración de amor que Frank la había susurrado al oído, ¿y ahora que? el beso
y las caricias de Frank, esa mirada cautivadora habían despertado en ella
sentimientos que parecían olvidados y a los que ahora no estaba dispuesta a
renunciar. Pero ahora no era el momento de precipitarse, se lo iba a tomar con
calma porque no quería volver a sufrir por otro chico, entonces el cansancio la
pudo y se quedo dormida.
Mientras Katia no dejaba de darle vueltas a
lo de Kevin, empezaba a sentirse culpable de lo que había pasado ¿y si se lo
había tomado demasiado en serio? se preguntaba continuamente, ¿no tenia que
haber salido corriendo si no haberlo hablado? Puede que le hubiera dado mas
importancia que la que realmente tenia, eran preguntas que ella misma se hacia
intentando encontrar alguna lógica a la aptitud que había tomado Kevin con ella;
estuvo un buen rato dándole vueltas y no encontraba respuestas, el cansancio la
venció y también se quedo dormida.
Era ya bien entrada la mañana cuando Julia
entró ha despertar a su hija abriendo las cortinas para que entrara la luz.
-Vamos perezosa ¡¡¡a levantarse!!!
Katia se volvió hacia su madre y la miró
con cara de descontenta por haberla despertado en lo mejor del sueño. Julia
salió de la habitación dejándola que terminara de despertarse. Katia sabia que
si tardaba en salir la madre volvería de nuevo y tiraria de ella hasta
levantarla, se fue incorporando lentamente, entró en el baño, se lavo un poco
la cara, se arreglo el pelo, se puso la bata y salió al salón donde estaban sus
padres cada uno haciendo una tarea, allí les
dio los Buenos días. Entró en la cocina y se preparó un vaso de leche
con cacao y se hizo un par de tostadas, sus padres observaban como hacia
grandes esfuerzos para no dormirse y decidieron que lo mejor era que se
volviera a la cama, no estaba en condiciones de mantenerse de pie, cuando termino de tomar el desayuno Julia la
acompañó de nuevo a su cuarto.
-Puedes dormir un rato mas, por lo menos
hasta que sea la hora de la comida-dijo Julia.
Katia medio adormilada le dio las gracias y
se acostó, Julia no había llegado ni a la puerta de la habitación y Katia ya
dormía. Tumbada boca abajo con la cara pegada a la almohada y sin saber el
tiempo que había pasado desde que se volvió a dormir, la pareció que sonaba su
teléfono móvil, al principio creía que era un sueño porque lo sentía como muy
lejos pero al ir cogiendo mayor tono supo que no soñaba, que realmente sonaba,
así que alargo su mano hacia la mesilla, descolgó sin mirar quien llamaba y se
lo acercó al oído.
-Quien perturba mi sueño.
- Katia-se oyó decir al otro lado del
auricular.
Pero estaba tan adormilada que no reconoció
la voz.
-Si soy yo. Y tú quien eres.
-Como que quien soy, tanto ha cambiado mi
voz.
Ahora si había reconocido la voz y se la
abrieron los ojos de golpe, no se lo podía creer, ¡¡¡era el!!!
-¿Kevin?
-Si, soy yo.-y a continuación la preguntó-Te encuentras bien.
-Si, estoy bien, solo que estoy todavía un
poco adormilada, anoche nos acostamos tarde y todavía no me he levantado.
-Pues siento haberte despertado.
-Esta bien, no pasa nada, de todas formas
tengo que levantarme, mi madre no creo que tarde en venir a recordarme la hora
de la comida. Y tú que tal-le preguntó Katia.
-Bien, he estado intentando llamarte varias
veces pero me sentía tan avergonzado por lo que paso que no sabia si tu querías
hablar conmigo, pero al final mi madre me ha convencido, me ha dicho que era
importante que hablara contigo. Te debo una disculpa, pero cuando entraste en
la habitación estabas tan bonita y tan sexy que en lo único que pensé es en
tenerte cerca y besarte y cuando lo conseguí me olvide de donde estábamos, hubo
un momento en que no era consciente de lo que hacia, necesito que me perdones,
te aseguro que lo estoy pasando muy mal y si tu lo deseas podemos continuar
nuestra relación.
Katia escuchó con atención las disculpas de
Kevin, había empezado a pensar que Kevin había perdido interés por ella después
de lo que pasó en su casa.
-Cuando regrese-dijo Katia-tenemos que
sentarnos y hablar del tema tranquilamente.
-De acuerdo-le contestó Kevin y se
despidió.
Katia estaba eufórica por la llamada de Kevin, se levantó y salió al
comedor donde estaba su madre preparando la mesa, iba dando saltos de alegría
dirigiéndose a su madre y se abrazó a ella, Julia no daba crédito, su hija se
había vuelto loca de repente.
-Kevin me quiere,-repetía sin parar-me ha
llamado y me lo ha dicho.
Katia no dejaba de dar vueltas por la sala
repitiendo las mismas palabras una y otra vez
y Julia no dejaba de mirarla pero sin decir nada, Tomas entró en la casa
al oír las voces.
-Que ocurre, que son esas voces-preguntó a
las dos mujeres.
Katia al ver a su padre se calló y dejo de
dar saltos, Julia se acercó a el, le cogió del brazo y se le llevo a la cocina
mientras que Katia se metía en su habitación ha vestirse, mientras lo hacia
pensaba en la cara de su padre asustado pensando que había pasado algo y se
sintió avergonzada.
-¿Buff?,-pensó-y ahora que le digo yo
cuando me pregunte los motivos por los que daba saltos como una loca.
Salió del cuarto intentando buscar las palabras con las que justificar su actuación, pero no hizo falta, su madre ya le había contado los motivos de su alegría, Tomas no abrió la boca, no quería ponerla en un apuro en esos momentos a su hija, pensó que ya hablaría con ella en otro momento.
Salió del cuarto intentando buscar las palabras con las que justificar su actuación, pero no hizo falta, su madre ya le había contado los motivos de su alegría, Tomas no abrió la boca, no quería ponerla en un apuro en esos momentos a su hija, pensó que ya hablaría con ella en otro momento.
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