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jueves, 22 de noviembre de 2012

Capitulo 10

Ya estaban todos preparados en la puerta de entrada esperando al autobús que les llevaría a visitar la ciudad, muchos de ellos todavía estaban medio dormidos, les habían hecho levantar muy temprano; por fin llegó, cogieron las mochilas y mientras subían uno de los profesores los iba contando, tenían que asegurarse que no faltaba nadie, una vez estaban todos dentro y sentados, el autobús se puso en marcha. En el camino las que mas animaban eran las chicas, le pidieron al chofer que pusiera música, la Señorita Benton iba también en el autobús y se puso a cantar con ellas, los alumnos la miraban, no se lo podían creer, siempre estaba seria y firme, verla allí cantando como si fuera uno de ellos les dejo descolocados. Ella se dio cuenta de la impresión que había causado pero lejos de amilanarse les animaba a seguir cantando.
Durante la mañana fueron a ver los edificios mas antiguos, después pararon a comer, cuando terminaron les llevaron a ver un rastrillo que ponían todos los años con figuras y adornos navideños, algunos compraron recuerdos de la ciudad para llevárselos a sus familias, la señorita Benton miró el reloj y vio que ya era la hora de volver a la residencia. El chofer ya estaba esperando en el lugar que le habían indicado y, lo mismo que por la mañana, según iban subiendo los iban contando; una vez que comprobaron que no faltaba nadie se pusieron en marcha, pero esta vez no cantaban porque iban comentando lo que habían visto.
Cuando llegaron a la residencia se fueron yendo cada uno a su habitación, muchos estaban cansados de la caminata y querían darse una ducha para relajarse antes de la cena durante la cual la señorita Benton les anuncio que la primera clase la habían anulado y podrían levantarse mas tarde, al oír la noticia todos dieron un grito de alegría y cantaron a la vez “Viva la señorita Benton.” Después de la cena todos se fueron directos a dormir, estaban derrotados y no tenían ganas de quedarse como otras noches charlando el vestíbulo.
-Me parece que esta noche no me voy a quedar dormida antes incluso de acostarme-comentó Sandra-estoy que me caigo de sueño.
-Me parece que no vas a ser la única-respondió Sila.
Y efectivamente, casi ni les da tiempo a ponerse el pijama, se dejaron caer en la cama y se quedaron dormidas.
Al día siguiente tenían agujetas de tanto caminar, menos mal que la señorita Benton les había dejado dormir un rato mas, pero aun así estaban soñolientos, los profesores se reían al verlos sentados, unos apoyaban los codos en el pupitre y se agarraban con las manos la cara, otros directamente apoyaban la cabeza, era todo un espectáculo, nadie atendía la clase, los profesores ya lo sabían de otras veces asíque fueron benévolos y no les dijeron nada.
 
Katia antes de marcharse a pasar las navidades con sus padres, tenía pensado pasar el sábado con Kevin, después de comprarles algo para llevar a sus hermanos. Kevin tenia planes para después de la comida, no había tenido oportunidad de estar a solas con ella y tenia ganas de abrazarla y besarla, la madre de Kevin había heredado un piso de su padre y estaba vacío, le  pidió la llave a su hermana, ella solía ir con Thon cuando eran novios, aunque no estaba muy seguro si a Katia le iba a gustar la idea, no quería forzar las cosas, ya tendría ocasión mas adelante. Pero todos los planes de Kevin se vinieron abajo, había estado sudando mucho haciendo ejercicio en el gimnasio, ese día no pudo ducharse porque se había estropeado la calefacción y aunque se abrigó muy bien al salir a la calle se quedo frío, durante la noche en la cama le empezaron a dar escalofríos y fuertes dolores de cabeza y pecho, llamó a su madre para que le diera un termómetro, estaba seguro de que tenia fiebre y efectivamente no se equivocó, este marcaba 39´7. Su madre le preparó un vaso de leche con miel y le dio un paracetamol para bajarle la fiebre, estaba claro que en esas circunstancias no podría ir a trabajar, cada vez que intentaba ir al baño se iba agarrando a las paredes porque no podía controlar su cuerpo, cuando se hizo de día la madre llamó a su trabajo para informarles lo que había pasado y que no podría ir a trabajar en esas condiciones. Después de hablar con el encargado la madre le puso de nuevo el termómetro para ver si le había bajado la fiebre pero apenas le había bajado dos décimas, entonces decidió llamar al medico de urgencias, tras hacerle un examen el medico les confirmó que era gripe y que se le había agarrado fuerte al pecho, le mando tomar unos medicamentos cada ocho horas durante diez días, después tendría que ir a la consulta para volver a examinarle y le recomendó beber mucha agua, se encontraba tan mal que ni se acordó de que había quedado en llamar a Katia.
Estaban ya sentados en la cafetería desayunando y Katia no hacia mas que mirar la puerta y el reloj, pero Kevin no aparecía y entonces se empezó a preocupar
-Habrá tenido alguna urgencia y por eso no ha podido venir-comentó Simon.
-Seguramente. Mas tarde si no se nada de el le llamare, haber que ha pasado-respondió Katia.
Cuando sonó la campana todos volvieron de nuevo a las clases. Pasaba el tiempo y Katia seguía sin saber nada de Kevin y decidió llamarle al móvil, le llamó varias veces pero siempre saltaba el contestador.
-Chicas no hay manera de contactar con Kevin, yo le llamaría a su casa pero no tengo su numero-les dijo Katia a sus amigas.
Sila tuvo una idea.
-Si no tienes noticias de el antes de mañana te acercas al taller donde trabaja y les preguntas.
-Buena idea-contestó Katia.
Era el ultimo día de sesión para Sila  con el doctor Morgan antes de comenzar las vacaciones navideñas, había mejorado bastante y gracias también a la ayuda y al apoyo del resto de sus compañeros estaba superando la obsesión que había tenido con Robert, cuando comenzaron a castigarla a Sila el tipo decidió pasar de ella y comenzó a salir con otras, cuando Katia se entero no pudo por menos que alegrarse de que aquel energúmeno la dejara en paz. El doctor Morgan la felicitó las navidades y la invitó a seguir yendo a las sesiones durante un tiempo cuando empezaran de nuevo las clases.
-Vendré pero menos días porque estoy perdiendo horas de clase y luego me cuesta mucho recuperarlas-le dio la mano para despedirse y también le deseo felices fiestas.
Katia aprovechó la hora del desayuno para acercarse al taller donde trabajaba Kevin, llamó a la puerta y salio un señor muy amable.
-Buenos días, que desea-preguntó.
-Buenos días, vera, me llamo Katia, ¿esta Kevin?
-¡Ah! tu eres la joven que sale con el, pues es que esta enfermo. Ayer llamó su madre para decirnos que no podrá venir en unos días, ¿no te ha dicho nada?
-Supongo que si no me ha llamado su madre es porque no debe saber nada de mi, ¿usted seria tan amable de darme el numero de teléfono de su casa?, es que el móvil le tiene desconectado y no puedo comunicarme con el.
-Pues claro, espérate un momentito que te lo busco-el hombre regresó con un papel donde había apuntado el numero y se lo dio a Katia.
-Muchas gracias señor, que tenga un buen día.
-De nada jovencita, que tengas un buen día tu también.
Katia dio media vuelta y se fue en dirección a las clases, en medio del camino se encontró con Henry, el conserje. Después de saludarla la preguntó de donde venia pues ya estaban todos en clase.
-Lo se he, pedido permiso a la directora, he venido a preguntar por Kevin, ayer no le vi en todo el día y su móvil esta desconectado, así que me he acercado al taller y les he pedido su teléfono de casa.
-A si, esta mañana al no verle he preguntado a un compañero suyo y me ha dicho que estaba enfermo-la informó Henry.
-Bueno Henry te dejo, voy a llamar haber que le ocurre.
-Muy bien, si hablas con el dale recuerdos y que espero que no sea nada.
Katia se despidió y salio andando a toda prisa, tenía que llamar antes de que comenzara la siguiente clase, se metió en el baño, era el único sitio en ese momento que podía hablar sin que nadie la molestara, y marcó el número que la habían dado.
-Dígame-escuchó la voz de una mujer al otro lado del teléfono.
-Buenos días, es usted la madre de Kevin-preguntó la joven.
-Si soy yo, quien eres tú.
-Me llamo Katia, soy amiga de su hijo de la Universidad, me han dicho que estaba enfermo y llamo para saber como se encuentra.
-Ahora mismo esta acostado, todavía sigue con algo de fiebre pero supongo que le bajara durante el día con la medicación que esta tomando.
-¿Le importaría si me acerco a verle mañana? Voy a ir a la ciudad y me gustaría verle antes de irme a pasar las fiestas con mi familia.
-Claro que no me importa, puedes venir cuando quieras.
Katia la pidió la dirección y después de darle las gracias se despidió hasta el día siguiente, la primera impresión que la dio la mujer a Katia fue buena.
Wendy, la hermana de Kevin, estaba visitando a su hermano, su madre tenia que salir a hacer compras y no quería dejarle solo, se estaban tomando un café cuando llamo Katia.
-Quien es-preguntó Wendy.
-No se, me ha contado que es una amiga de la Universidad, me ha parecido por el tono de voz que estaba preocupada.
-¿Kevin nunca te la ha mencionado?
-No nunca-contestó la madre.
-Que raro.
-No se que te parece tan raro, tu hermano nunca cuenta nada, si alguna vez me intereso por sus cosas el coge y se encierra en la habitación, nunca me contesta a  ninguna de mis preguntas, habla mas contigo que conmigo.
Entonces Wendy recordó que la había pedido la llave del piso, la contó que iba a ir con unos amigos a ver unas películas, pero después de la llamada de Katia empezó a atar cabos, lo de los amigos era una excusa para no tener que dar explicaciones, si decía que iba a llevar a una chica al piso Wendy no iba a parar hasta que le contara todo.
“Vaya con mi hermanito,-pensó mientras tomaba un sorbo de café-y parecía tonto”.
La madre la miraba, no entendía a que venia el silencio y esa sonrisita de su hija, pero antes de que la diera tiempo a preguntarla Kevin comenzó a llamarla. Las dos mujeres se acercaron a la habitación a ver que pasaba.
-Que pasa,-preguntó la madre-te encuentras mal.
-Tengo mucha sed, por favor me puedes traer algo de beber, se me ha acabado el agua que tenia aquí.
Wendy le puso de nuevo el termómetro para comprobar la temperatura, y aprovechando que estaban solos le preguntó quien era Katia. Kevin parecía haberse recuperado de golpe, la miró a su hermana con cara de no entender por que su hermana nombro a Katia, que sabía ella de su chica. Wendy miró el termómetro y comprobó que ya le había bajado la fiebre
-Que sabes tú de Katia-le preguntó a su hermana.
-Pues que ha llamado muy preocupada, quería saber como estabas.
-Es cierto, con la fiebre se me ha olvidado llamarla, esta noche que estoy mejor la llamare.
-No hace falta, mañana viene a verte.
-Que dices… como que mañana viene a verme.
-Pues si, la ha dicho a mama que quería verte antes de marcharse a ver a su familia, y claro mama le ha dicho que si.
-Es cierto… no me acordaba que el lunes se va, pero yo quería haber esperado a presentárosla mas adelante cuando lleváramos mas tiempo saliendo.
-Por eso me pediste la llave del piso he “pillin”, tu lo que quieres es llevártela a la cama.
Estaban claras sus intenciones al querer estar con Katia a solas, lo que no le hizo tanta gracia es el comentario que hizo su hermana, al fin y al cabo ella había sido la primera en estrenar el piso con el que ahora era su marido, la diferencia es que en su caso fue ella la que se le llevo a la cama. Iba a contestarla cuando entró la madre con una botella de zumo, le puso un poco en un vaso y se lo dio para que se lo bebiera, momento que aprovechó Wendy para despedirse, se estaba haciendo tarde y tenia que regresar a su casa. Wendy se acerco a su hermano para darle un beso y aprovechó para decirle algo al oído.
-Me tienes muchas cosas que contar he “pillin”.
Kevin le echó una sonrisa forzada, el nunca la preguntó y tampoco le interesó lo que hacia con Thon antes de casarse, no veía motivo alguno por el que el tenia que decirle lo que hacia o dejaba de hacer con su chica. Cuando se fue su madre le comentó lo de la llamada de Katia y su visita al día siguiente, y como sabia que su hijo no iba a decirle nada por mucho que le preguntara, le dejó solo, tenia cosas que recoger en la casa.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Capitulo 9

Cada día estaban mas cerca las navidades y en el pueblo las dos familias se preparaban para recibir a sus respectivas hijas, a Lucy se le estaban haciendo mas largos los días al no tener mas hijos que ocuparan el hueco que había dejado Sila, sin embargo en la familia Norton las cosas eran distintas, no es que a Katia no la echarán de menos lo que pasaba es que se tenían que ocupar de sus dos hijos menores los cuales le daban mucho trabajo, todos los días era una pelea mandarlos a la escuela, no parecía que les gustara tanto como a su hermana los estudios, era un suplicio mandarles hacer los deberes ya que siempre ponían pegas, no la hacían caso hasta que pegaba cuatro gritos.
-Búa, no se porque tenemos que hacer tantas tareas-dijo Anton, uno de los hermanos.
-Pues porque si queréis ir como tu hermana a la Universidad tendréis que prepararos bien-le contestó la madre.
-Yo no quiero ir a la Universidad, odio los libros.
-Aunque no vayas, tienes que terminar los estudios para que te puedan dar el titulo, sin el no te aceptaran en ningún sitio, ahora se necesita para cualquier tipo de trabajo.
-Pues vaya rollo-dijo Isak el otro hermano.
-Hoy en día tener una buena formación es muy importante si queréis ser algo en la vida-les decía mientras preparaba la ropa para el día siguiente.
Pero a ellos aquello les sonaba a cuento chino, Julia se volvió hacia ellos, que no paraban de mirarla como si fuera un bicho raro. Julia había terminado de colocar la ropa y se metió en la cocina a prepararlos la cena, Tomas, su marido, pronto llegaría de la tienda, ella esa tarde no había ido a ayudarle porque había estado por la mañana haciendo unas gestiones y apenas la había dado tiempo  de atender las tareas de la casa, cuando los chicos terminaron sus deberes les mando recoger e irse a lavar un poco antes de sentarse en la mesa, los chicos se metieron en su habitación y después de lavarse un poco y ponerse el pijama salieron al comedor, se sentaron en el sofá y pusieron un rato la tele mientras llegaba el padre. Eran las nueve cuando el padre entraba por la puerta.
-Buenas noches, ya estoy aquí. Hoy me he retrasado un poco por culpa de Doña Irene, la mujer estaba disgustada, un hermano suyo se ha puesto muy malito y ha estado casi una hora hablándome de él.
Los chicos se levantaron a dar un beso a su padre y se volvieron a sentar mientras este se dirigía hacia la cocina  a darle un beso a su mujer.
-Chicos, ayudar a vuestra madre a poner la mesa mientras yo me lavo un poco-les ordenó el padre.
Tomas opto por darse una pequeña ducha, había estado descargando cajas de productos de limpieza y le daba la impresión de que olía a ellos, asíque prefirió no perder tiempo lavándose a trozos, cuando salió de la ducha y después de ponerse el pijama, salio al comedor donde le esperaba ya su familia para cenar. Julia y Tomas hablaban durante la cena de cómo les había ido el día mientras los chicos comían en silencio, cuando terminaron se levantaron y cada uno recogió su cubierto, lo dejaron sobre la encimera, dieron un beso de buenas noches a los padres y se fueron a la habitación a dormir. Julia solía quedarse en el salón  a veces viendo alguna serie, otras leyendo un libro aprovechando que se quedaba sola, era el único rato que tenia para relajarse, el  prefería irse a la cama a descansar, se ponía la TV y no tardaba en quedarse dormido.  Ya era tarde y Julia empezaba a  sentir sueño, se levantó del sofá, apagó la tele y la luz del salón, y se fue a dormir; como siempre la tele del dormitorio estaba encendida, su luz iluminaba la habitación y como todas las noches ella la aprovechaba para ir al baño antes de acostarse.

Lucy adornaba la casa con esmero para cuando llegara Sila, ya quedaba poco y estaba súper ilusionada, por fin iba a poder abrazar a su hija aunque estaba preocupada por que hacia días que no sabia nada de ella, a José también le hacia ilusión volver a ver a su hija lo que le tenia mosqueado es que su mujer se pasaba el día hablando de ella, que Sila para arriba, que Sila para abajo, que si crees que esto la gustara a Sila, y esto, y lo otro… Era como si él no existiera algunas veces, le daba la impresión de que era invisible para ella, las relaciones conyugales se habían ido deteriorando en los últimos meses, José aguantaba porque amaba a su mujer pero todo tiene un limite y si con la visita de Sila no cambiaban las cosas, pensó que lo mejor seria la separación.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Capitulo 8

Kevin no se fue hasta que no la vio entrar por la puerta, la joven caminaba hacia los ascensores cuando oyó que alguien la llamaba, se volvió a mirar, era su amiga.
-Por Dios Sila, me has asustado, que haces aquí.
-Os estaba esperando, como es que solo vienes tú, y los demás. ¿Has visto a Robert? que te ha dicho-la joven muy nerviosa hacia una pregunta detrás de otra.
-No, no he visto a Robert, no vengo de la disco.
-Mientes, seguro que le has dicho algo, se ha enfadado y por eso has venido antes.
-Puedes pensar lo que quieras pero te aseguro que si hubiera ido y me lo encuentro no habría perdido ni un minuto de mi tiempo con ese tipo, y tu deberías hacer lo mismo.
Pero Sila no creía nada de lo que su amiga decía y se iba poniendo cada vez más agresiva con Katia.
-Me voy a mi habitación, no estas en tus cávales, vas a terminar mal por culpa de ese imbecil-se dio la media vuelta y se fue.
Estaba allí sentada enfadada y medio llorosa pensando que su amiga la había engañado, llevaba un buen rato así cuando escuchó como desde fuera llegaban sonidos de gente riendo y hablando en voz alta, eran sus compañeros que venían de la disco, al verlos se levantó muy deprisa y se dirigió hasta ellos, al verla a esas horas todos se quedaron extrañados, pero enseguida entendieron el motivo.
-¿Habéis visto a Robert?, Katia no me quiere decir que ha pasado, seguro que han tenido algún enfrentamiento.
Mark se acercó a ella.
-Si, he visto a ese tipo, pero sabes que nunca le saludo y, referente a Katia, no ha estado con nosotros, ella tenía otros planes, deberías irte a dormir estas muy nerviosa.
Sandra no se fiaba de ella cuando se alteraba tanto, tenia que estar en la misma habitación y eso la preocupaba, temía que un día se pudiera poner violenta con ella, hacia unos días que estaba pensando hablar con la directora para que la cambiara de habitación.
Era Sábado, después del desayuno solían juntarse en el vestíbulo cada uno con su grupo y comentaban lo que había pasado la noche anterior, todos se mostraron muy preocupados por Sila, no estaba en sus cabales, no entendían como se podía haber enamorado de esa forma tan enfermiza de un chico que lo único que la estaba es causando daño, hasta ese momento habían pasado un poco del tema, pensaban que con las medidas que había adoptado la Directora cambiaria, pero no era así, hasta pensaron que estaba peor.
-Deberíamos ponernos de acuerdo todos y hablar con la señorita Benton, creo que debería tratarla un medico-comentó Diana, una de las chicas del grupo.
-Pero ya la esta tratando el doctor Morgan-contestó Simon.
-No me refiero a un psicólogo, si no a uno que le haga un examen físico, esta cada día mas delgada, no entiendo como no la han mirado ya-siguió diciendo Diana.
Katia se había subido a su habitación al ver que su amiga estaba más fuera de si cada día, se la partía el corazón, estaba sentada delante del ordenador y no podía dejar de pensar, sentía que tenia que hacer algo ¿pero el que?, ¿como podría ayudarla si cada vez que intentaba hablar con ella se ponía agresiva?, decidió ponerse a estudiar para despejarse un poco, mas tarde vería que se la podía ocurrir.
Hacia frío pero algunos decidieron salir a dar un paseo por los jardines, estaban cansados de estar metidos dentro de la residencia y como había nevado se pusieron a jugar haciendo bolas y tirandoselas unos a otros, Katia los veía a través de la ventana de su habitación, entonces pensó que era buen momento para ir a ver a su amiga,  llamó a la puerta del cuarto de Sila, no contestó, pero ella sabia que estaba allí.
-Sila, soy yo, Katia, abre la puerta tenemos que hablar.
-Vete, no quiero hablar ni contigo ni con nadie-contestó Sila.
-Pues lo siento pero si no abres y hablas conmigo llamo ahora mismo a tus padres, haber como les explicas tu comportamiento.
La joven al escuchar la amenaza de su amiga de llamar a sus padres la dejó entrar.
-Mis padres no deben saber lo que esta pasando-dijo Sila.
-Si sigues así van a terminar llamándolos, además pronto nos darán las vacaciones de Navidad, ¿te imaginas cuando te vean?, el disgusto que se van a llevar.
La joven estaba tan obsesionada con ver a Robert que no había caído en ello, tenía razón su amiga, no podía presentarse así en su casa. Katia estuvo un buen rato intentando convencerla de que tenia que cambiar, en ningún momento quiso mencionar a Robert, sabia que si lo hacia terminaría alterándose. Sila se abrazó a su amiga llorando, en aquel momento se dio cuenta que era la única que la podía ayudar a salir del pozo en el que se había metido. Sandra entró en la habitación y al ver aquella escena se emocionó, saco un pañuelo del bolsillo de la chaqueta y se limpio las lágrimas, se acercó a sus compañeras y se abrazó a ellas también.
-Quiero que a partir de ahora nos contemos todo y si surge algún problema para eso estamos las amigas, para ayudarnos, ¿de acuerdo?-le dijo Katia.
-De acuerdo-le contesto Sila con lágrimas en los ojos.
-Creo que deberíamos  lavarnos un poco la cara, es casi la hora de cenar y tenemos los ojos hinchados de llorar, como nos vean así se van a pensar que nos pasa algo-comentó Sandra.
Ya estaban sentados todos en la mesa cuando vieron entrar por la puerta del comedor a las tres compañeras, no se lo podían creer, venían charlando y sonreían, Mark fue el primero que se levantó y le dio un abrazo a Sila.
-Cuanto me alegro de verte sonreír, sabes que te queremos y nos tenías preocupados-la dijo mientras la abrazaba.
Después le siguieron el resto, cuando terminaron tomaron asiento y se pusieron a charlar hasta que les sirvieron la cena.
Esta vez si se quedaron todos en el vestíbulo hablando de la excursión a la ciudad, estaban felices de no tener clase, se hizo tarde y algunas de las chicas decidieron irse a acostar, estaban cansadas, habían estado toda la tarde jugando con la nieve.
-Hasta mañana, que descanséis y si sigue nevando mañana podríamos salir fuera como hoy a hacer bolas-dijo Diana despidiéndose de todos.

-Vamos arriba perezosa-le dijo Marian a Katia-ya es hora de levantarse.
Katia no tenia muchas ganas pero sabia que si llegaba tarde se quedaba sin desayuno y tendría que sacarse el café de la maquina, y estaba asqueroso, se levantó lo mas rápido que pudo, se aseo, se puso la ropa y bajaron  las dos, detrás de ellas venían Sandra y su amiga junto a Simon y Diana, dentro se encontraron con Mark y el resto del grupo, después, y como habían planeado la noche anterior, se abrigaron bien y salieron a jugar con las bolas de nieve, el día transcurrió de lo mas normal, se lo estaban pasando tan bien que hasta se les hizo corto.
-Que pereza, mañana hay clase así que yo me retiro, no quiero que se me peguen las sabanas, hasta mañana chicos que descanséis-se despidió Marian y los demás no tardaron mucho en hacer lo mismo.
Katia se había dejado el móvil en la habitación y al ir a mirar vio que tenia una llamada de Kevin, la dio rabia su olvido, la hubiera gustado hablar con el.
-Vaya, me ha llamado Kevin y a mi se me a olvidado el móvil aquí-le comentó a Marian que estaba  a su lado.
-¿Pero el había quedado en llamarte?-pregunto Marian.
-No, no me mencionó nada, a lo mejor era algo importante y por eso me ha llamado, ¿crees que debería llamarle por si acaso?
-Pues no parece que lo sea si no te ha dejado ningún mensaje, pero si tú crees que es así llámale y te quedas mas tranquila-dijo Marian mirando el reloj-todavía no es muy tarde. Katia marco el número y espero.
Kevin descolgó el teléfono y saludó a Katia.
-Lo siento, me he olvidado el móvil en la habitación y acabo de ver tu llamada, ¿ocurre algo?-preguntó Katia.
-No pasa nada, solo que estaba aquí pensando en ti y se me ha ocurrido llamarte, que tal has pasado el día.
-Hoy hemos estado todos fuera haciendo bolas de nieve, estamos cansadísimos pero la verdad es que nos lo hemos pasado de maravilla.
-Eso esta bien, hay que divertirse, no todo va a ser estudiar.
-Y tu como has pasado la tarde.
-Me he ido un rato con un amigo a su casa a ver unas películas, y ahora voy a ver si me acuesto, mañana tengo que levantarme temprano.
-Supongo que iras a la cafetería a desayunar.
-Claro, allí estaré.
-Pues entonces hasta mañana, yo también me voy a dormir.
-Hasta mañana-se despidió Kevin.
Al día siguiente se encontraron en la cafetería a la hora del desayuno, al acercarse a la mesa vio a Sila sentada con todos y se quedo un  poco extrañado de verla allí, Katia le había dicho que estaba pasando un mal momento su amiga y ahora parecía estar feliz con el resto del grupo.
-Sila mira, este es Kevin-la joven se levantó y le saludó con dos besos en las mejillas.
-Encantada de conocerte Kevin.
-Lo mismo digo-contestó el joven y los dos se sentaron a desayunar con el resto.
A la vez que reían se contaban la paliza que se habían dado el día anterior haciendo bolas de nieve y tirandoselas unos a otros, sonó la campana que era la señal de que el recreo se había terminado, estaban en la puerta de la cafetería despidiéndose de Kevin pues el tenia que coger un camino distinto al de los demás, entonces Kevin no lo pudo evitar, cogió a Katia del brazo, la acercó hacia el y la dio un beso en la boca, Katia se quedo allí parada sin saber que decir, el chico al ver que no reaccionaba pensó que la había molestado y se disculpó.
-No me has molestado,-le dijo-es que no me lo esperaba.
Ella en ese momento miro hacia los lados y al ver que nadie miraba, le dio un abrazo y también le besó, entonces la joven escuchó que la llamaban sus compañeros.
-Me tengo que ir, si no llegare tarde a las clases.
El joven tenía una sonrisa que no le cabía en la cara, la pasó la mano por la mejilla y se despidió quedando en llamarla por la tarde. 
Katia se paso la mañana pensando en lo que había sucedido, era la primera vez que un chico la besaba así, de esa manera. Y Kevin ni que decir, esa mañana no daba pie con bola, cada vez que pensaba en su chica se emocionaba y mas ahora que sabia que le correspondía.

martes, 13 de noviembre de 2012

Capitulo 7

Kevin no dejaba de mirar a Katia, fue ella la que le hizo un gesto para animarle a que dijera algo.
-Lo siento, me he quedado en blanco, nunca pensé que hablarías conmigo y menos que te sentaras a mi lado.
-Vaya y porque has pensado eso de mi- preguntó Katia
-Pues porque tú te mueves en otro circulo de gente, muy diferente al mío.
-Vaya ¿y porque piensas que son diferentes a ti?, entre mis amigos, incluida yo, hay también personas que venimos de familias humildes, si estoy aquí es porque mis padres hacen muchos sacrificios y para que el día de mañana tenga una buena formación-le contestó la joven un poco molesta por el comentario.
-Lo siento no he querido molestarte con mi comentario.
-Perdonado, supongo que es normal que pienses así, este lugar da esa impresión.
-Me gustaría que fuéramos amigos y que nos viéramos  algún día fuera de aquí.
-Me parece bien, pero yo no puedo salir más que los fines de semana, antes no nos dejan.
-Me parece bien, donde puedo ponerme en contacto contigo.
-Te doy mi número de móvil y así me llamas cuando te venga bien, siempre que sea entre las cuatro y las doce de la tarde, después de esa hora no nos dejan recibir llamadas.
Kevin sacó su móvil y apuntó el numero, también la dio el suyo a Katia.
Mark viendo que su amiga tardaba se levantó para ver que pasaba, vio que estaba sentada en una mesa con alguien al que no conocía y se acercó.
-Tengo que irme, mis amigos se estarán preguntando donde me he metido además, tu todavía tienes que terminar tu desayuno-fue entonces cuando vio que Mark se dirigía hacia ella.
-Ves, lo que yo te decía, ya viene Mark a buscarme, me voy, ya hablaremos.
Kevin se levanto y se despidió también.
-Nos tenías preocupados al ver que tardabas, quien  es ese con el que estabas-la preguntó.
-Es Kevin, trabaja en mantenimiento, le conocí ayer. Fue a arreglar el radiador que estaba roto y hoy hemos coincidido aquí y me he sentado a hablar con el, siento haberos preocupado, podía haberos llamado pero no pensé que se iba alargar tanto la conversación.
Mark aceptó sus disculpas y se dirigieron hacia la mesa donde estaban los demás, después explico al resto lo que había pasado, casi no la había dado tiempo a tomarse el desayuno con tanta charla, enseguida  sonó la campana de aviso para entrar en las clases.
El resto de los días transcurrieron de lo mas normal, excepto para Sila, había tenido que ir dos días a la consulta del Doctor Morgan y para recuperar esa hora tenia que quedarse con un profesor al final de las clases, solo faltaba un día para el Viernes y pensó que su amiga iría con el resto de los compañeros al baile y, a pesar de no haberla dirigido la palabra en toda la semana, cuando la vio se fue hacia ella.
-Hola-saludo con voz suave-¿Mañana vas a salir de paseo?-no quería preguntarla si iba a ir a la disco.
Katia afirmó con la cabeza, en ese momento vio como a su amiga le cambio la cara, lo que no la dijo es que tenia otros planes distintos a los que ella pensaba.
-Que suerte tienes, a mi me queda todavía una semana de castigo, tengo ganas ya de ver a Robert.
-Lo que deberías de hacer ahora es procurar tomarte los estudios en serio para que no vuelvan a castigarte y cuidarte, que estas muy desmejorada-Katia no quiso alargar mas la conversación-tengo que irme, he quedado con Simon para terminar unos ejercicios que nos quedaron pendientes de ayer.
-Ya me contaras mañana por la noche-la dijo mientras Katia caminaba hacia la biblioteca.
Se volvieron a encontrar a la hora de la cena pero ninguna de las dos habló, Mark al ver que Sila parecía más relajada la pregunto como se encontraba. Sila se limito a contestarle que se encontraba bien, ya no habló mas en toda la cena, cuando termino hizo lo que todos los días, marcharse directa a su habitación.
Estaba sentada con sus compañeros en el vestíbulo charlando cuando a  Katia le sonó el teléfono, miro y vio que era Kevin, se levantó y se fue a un lado donde pudiera hablar tranquilamente. El joven la llamaba para concretar la hora para ir a buscarla, se pusieron de acuerdo y se despidieron hasta el día siguiente.
Estaban a finales de Noviembre y ya se empezaba a ver por las tiendas productos navideños, la gente ya estaba comprando los productos para las fiestas  antes de que se empezaran a encarecer, todos  los años por esas fechas hacían una pequeña excursión con los alumnos mas nuevos por la ciudad para que la conocieran y vieran los adornos que ponían a un lado y otro de las calles. Fue la Señorita Diana la encargada de darles la noticia a los alumnos.
-El próximo Miércoles no habrá clases, pasaremos  el día en la ciudad para que la conozcáis todos aquellos que venís de otros lugares del país, los que son de aquí se irán en la excursión que tiene prevista los del curso anterior, para eso tendréis que ir a dar vuestro nombre a la secretaria de dirección.
Eran las 6´00 am. hacia frío y Kevin esperaba dentro del coche en la entrada de la residencia a que saliera Katia, por fin la vio salir y salio para saludarla, entraron en el coche y se pusieron en marcha.
-Que tal el día-se preguntaron los dos a la vez, el joven dejo que contestara ella primero.
-Va, lo único que ha tenido de especial es que el Miércoles nos llevan de excursión a conocer la ciudad, muchos se han alegrado de librarse por lo menos un día de las clases, ¿y tú?
-Pues el mío como siempre, no hay nada que merezca la pena contar, casi siempre es lo mismo.
Llegaron al lugar elegido por el muchacho, aparcó el coche en la calle, salieron de el y se metieron en un local, era una especie de Pub. Vieron una mesa vacía, Katia se quito el gorro y la chaqueta, Kevin también se quito la suya y se sentaron.
-Te gusta el sitio-preguntó el chico.
-Esta muy bien, prefiero esto que la disco-se acercó un camarero y les preguntó que querían, anoto lo que habían pedido y se fue.
-Luego mas tarde iremos a cenar algo-el camarero les trajo la consumición.
Kevin empezó a contarle un poco su vida, le habló de sus padres, de su hermana etc. Katia también hablo de su familia y de la vida del pueblo, poco a poco se fueron conociendo, se encontraban tan a gusto charlando que casi se les pasa la hora, Kevin pagó la cuenta y se marcharon a cenar algo antes de llevar a Katia a la residencia. Eran casi las 11´30 cuando Kevin aparcaba el coche cerca de la entrada, estuvieron un rato hablando y se despidieron, quedaron en verse el Lunes a la hora del desayuno en la cafetería, eran días de exámenes y Katia quería aprovechar el fin de semana para estudiar.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Capitulo 6

Era el día en la que la junta escolar se reunía para hacer evaluación de los alumnos, cada profesor llevaba una carpeta con información de cómo había transcurrido el primer trimestre, la directora dio comienzo a la sesión, ella se encargaba de dar el nombre de cada uno de los alumnos y los profesores comentaban de cómo habían ido evolucionado el tiempo que llevaban de curso, había varios que se les atragantaba alguna que otra asignatura y creían que hasta el final del curso tendrían tiempo de mejorar, solo cuando escucharon el nombre de Sila Regis les cambio la cara.
-Con Sila tenemos un problema–dijo uno de los profesores-se pasa todo el tiempo de clase con la mirada perdida, no entrega las tareas y si la preguntas que la ocurre te contesta que no la ocurre nada, yo la he impuesto castigos pero es como si no la importara, creo que habría que hacer algo.
-Hablare con el sicólogo para que hable con ella haber si conseguimos averiguar que la esta pasando-comento la directora.
Al día siguiente a primera hora llamo al despacho del Doctor Morgan, el sicólogo.
-Buenos días Arthur, soy Maguerit ¿cuando me podrías recibir para hablarte del problema de una alumna?
-A las 12´00 tengo un rato libre ¿le viene bien?-le contesto el Doctor.
-De acuerdo a esa hora me viene bien.
Eran las 11´30 y se puso en camino hacia la consulta del Doctor Morgan, la  Señorita Benton tuvo que recorrerse varios pasillos hasta llegar a la consulta, al llegar a la puerta llamo y una voz desde dentro la mando pasar.
-Buenos días Arthur.
-Buenos días, pasa y toma asiento-Maguerit entro y tomo asiento-en que puedo ayudarte.
Maguerit se puso a contarle el problema que había con Sila, cuando  termino le pregunto si creía que era necesario que acudiera a la consulta. Arthur la dio hora, creía que los argumentos que le había dado Maguerit eran suficientemente preocupantes como para hablar con la joven y averiguar que le pasaba.
-Voy a mirar en la agenda haber si puedo verla mañana-miro haber si tenia alguna hora libre-mañana  a las 10´00 tengo libre, mándamela.
 -De acuerdo, mañana te la traeré yo personalmente-y se despidió
Antes de marcharse a su despacho se dirigió hacia las aulas, quería darle ella misma el recado a la alumna, ya quedaba poco para que terminaran las clases y decidió esperar en conserjería a que sonara la campana, mientras esperaba estuvo charlando con Henry. Ya era la hora y salio camino de la entrada, sabia que allí la vería salir seguro, comenzaron a salir todos los alumnos que la miraban extrañados como preguntándose que hacia allí la directora, vio venir a la joven, se acerco hacia ella y la pidió que la acompañara para hablar, a Sila no le gusto mucho la idea pero sabia que si se negaba la volverían a castigar así que  la acompaño aunque a regañadientes, se metieron en una de las clases y cerro la puerta.
-Ayer en la reunión de profesores todos coincidieron viendo el mal resultado de tus notas y como al parecer tu no haces nada por mejorar hemos decidido que vayas ha hablar con el Doctor Morgan, vengo  ahora de verle y te ha dado hora para mañana.
-¿Cómo?-contesto Sila- yo no necesito un loquero, yo estoy bien, no pienso ir.
-No tienes mas remedio o me veré obligada a ponerlo en conocimiento de tus padres, o empiezas a tomarte en serio los estudios o vas fuera, tu veras así que  te guste o no iras a ver al Doctor vete haciendo a la idea, es mas, yo te acompañare, te quiero ver en la puerta de entrada a las 9´30, ahora puedes retirarte a tu habitación y quiero verte en la cena ¿entendido?
Sila se dio la vuelta cabreada y se marcho derecha a su habitación, Sandra al verla entrar se olio que algo había pasado, pero recordó la ultima vez que entro así y prefirió no preguntarla, ni siquiera cuando llego la hora de bajar a cenar se atrevió a decirla nada.
Estaban sentándose cada uno en su sitio cuando vieron que se acercaba hacia ellos y tomo asiento, nadie la dijo nada, se la notaba muy enfadada, Katia estaba a su lado e hizo intención de saludarla pero Sandra le quito la idea haciéndola un gesto. La Señorita Benton la observaba desde la mesa mientras cenaba. Todos los días solían juntarse un rato después de cenar en el vestíbulo antes de irse a dormir, esa noche volvió a ser el tema de conversación de todo el grupo. Sila no se quedo, se fue directamente a su habitación, lo primero que hizo al llegar es coger el teléfono antes de que su compañera viniera a acostarse, no quería que la escuchara hablar con Robert, le estuvo contando lo que la había dicho la directora.
-Lo que tienes que hacer es pasar de ella y si se pone chula la das un par de hostias y si tú no te atreves voy yo, quien se ha creído que es–contesto el tipo muy cabreado.
Sila buscaba algo de animo de su pareja y lo único que hizo fue ponerla mas nerviosa.
-¿No entiendes que si me pongo chula me pueden volver a castigar? o peor aun me expulsarían, llamarían a mis padres y tendría que volver a mi casa y no quiero, de momento tengo que aceptar sus condiciones.
-Pues para que me has llamado si no vas a hacer nada, a mi no me vengas con lloriqueos, tengo mejores cosas en las que emplear mi tiempo adiós-y colgó el teléfono. La chica se quedo perpleja sabia que Robert era posesivo pero nunca imagino que pasaría así de ella, no había pasado mucho rato cuando pensó  que probablemente era porque estaba cansado y que seguro que cuando se volvieran a ver todo volvería a su cauce.
Eran las 9´30 y la señorita Benton la esperaba en la entrada, se saludaron y se encaminaron hacia la consulta del Doctor Morgan, ninguna de las dos dijo nada en todo el camino, la puerta de la consulta estaba abierta y el doctor las estaba esperando.
-Buenos días Arthur, esta es Sila.
Arthur se levanto y le dio la mano
-Hola Sila, espero que me veas como a un amigo.
-Yo no te conozco, no puedes ser mi amigo, además  estoy aquí porque me han obligado.
Arthur ya estaba acostumbrado ha ese tipo de contestaciones así que no le dio importancia, la mando sentarse mientras se despedía de la Señorita Benton.    
Ya estaban todos los alumnos en clase, en los pasillos solo se oía al personal de mantenimiento, Henry conversaba con Elis, una de las limpiadoras, cuando vio pasar a Kevin, llevaba una sonrisa de oreja a oreja.
-Vaya, hoy te veo muy contento, creo que es la primera vez que te veo sonreír así desde que te conozco-comento Henry.
-Uyuyuy, para mí que esa sonrisa es por una chica-dijo Elis.
El joven les miro pero no les dijo nada, solo levanto un poco los hombros y se fue con su gran sonrisa.
-Hay Dios, quien fuera joven–comento Elis.
Henry se despidió de la mujer y se marcho a hacer sus obligaciones.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Capitulo 5

Henry estaba dando vueltas por los pasillos vigilando que todo estuviera en orden, una vez comprobado que todo estaba bien se dirigió a la conserjería, estaba abriendo la puerta cuando sonó el teléfono, se acerco y cogió el auricular, era el profesor de Ciencias, se estaba saliendo el agua del radiador y se había hecho un charco.
-Ahora mismo doy el aviso al personal de mantenimiento y limpieza-le comento Henry y colgó.
Henry volvió a descolgar el teléfono y marco la extensión del taller de mantenimiento.
-Taller de mantenimiento-se escucho al otro lado del auricular.
-Por favor mande a alguien al aula 24, se esta saliendo el agua de uno de los radiadores y hay una gran charco, y que vaya con usted alguien de la limpieza.
-Bien, enseguida los mando-contesto el hombre.
Kevin era el que mas cerca estaba del aula y le mando un mensaje a través del móvil. Kevin llevaba trabajando en el campus desde hacia dos años, tenia 22 años, de piel morena y pelo castaño, media aproximadamente 1´85, le gustaba el deporte y lo solía practicar en su tiempo libre, no era muy hablador, se asomo a la puerta del aula y llamo, el profesor le indico con la mano que pasara, cuando entro vio que había un charco y que las mesas que había alrededor del radiador las habían quitado los alumnos, llevaba alrededor de su cintura un cinturón con herramientas, se acerco y lo primero que hizo fue cortar la válvula de agua.
-En cuanto recojan el agua los de la limpieza, lo arreglo-comento Kevin dirigiéndose al profesor, fue entonces cuando vieron a la señora de la limpieza.
Cuando termino la mujer se puso a arreglarlo, ningún alumno se movió del aula a pesar del incidente, ellos siguieron con sus tareas, estaba casi terminando cuando se le cayo al suelo un destornillador que fue a parar justo donde estaba Katia, sentada la joven se agacho y se acerco a dárselo. Kevin se quedo mirándola y extendió la mano para cogerlo, le dio las gracias a la joven, a la que no paraba de mirar, entonces oyó una voz  que le preguntaba si había terminado.
-Si, ya esta solucionado-se dio la vuelta y se marcho.
Estuvo el resto del día pensando en la joven, quería verla de nuevo, sintió algo en su interior cuando la miro, tenia que averiguar el nombre, decidió preguntar a que hora terminaba las clases y, ya fuera, acercarse a ella y preguntarle, pero su timidez le hizo desistir. Termino su jornada de trabajo, ya no había nadie dentro del campus excepto Henry  y el personal de mantenimiento, una vez todos fuera Henry se encargaba de cerrar todas las puertas hasta el día siguiente.
Kevin llego a su casa y después de saludar a sus padres se metió en su habitación, a los padres les extraño que llegara tan pronto, el solía ir todas las tardes al gimnasio cuando salía del trabajo.
-Que raro que este tan pronto en casa – comento la madre a su marido-¿le habrá pasado algo en el trabajo?, o ha lo mejor se ha puesto malo.
El padre se encogió de hombros e hizo un gesto con la boca, la madre no pudo evitarlo y se acerco a la habitación a preguntarle.
-Kevin hijo, ¿te encuentras mal?
-No mama, porque lo preguntas-le respondió el joven.
-Pues porque no sueles faltar al gimnasio.
-Estoy bien, solo que hoy no me apetecía ir-la madre no insistió, no quería que su hijo pensara que era una pesada.
Estaba recostado pensando en la joven con la que había intercambiado una mirada, su madre le hizo volver a la realidad cuando llamo a la puerta para decirle que ya estaba la cena. Después de cenar les dio las buenas noches a sus padres y se fue a su habitación, por mas que lo intentaba no podía dejar de ver la imagen de aquella joven.
Sonó el despertador, eran las 6´30 de la mañana, alargo el brazo para apagarlo, se levanto, fue al baño, se hecho agua sobre la cara para despejarse, se aseo un poco y se preparo para ir al trabajo, en la cocina su madre le había dejado como todas las mañanas un vaso de leche con cacao y un bocadillo para que se tomara a la hora del desayuno, salio de su casa y se monto en el coche camino del campus, cuando llego aparco en el parking que tenían exclusivo para empleados, salio del coche y se fue derecho al vestuario, en el camino se encontró con otros compañeros y con el personal de limpieza, se saludaron como todas las mañanas al llegar, cada uno abrió su taquilla y se puso la ropa de trabajo, luego cada uno se fue al despacho del encargado donde recogerían los avisos de las tareas que tenían que hacer en el día. Ya era la hora, Henry estaba abriendo las puertas para que entraran todos los alumnos, Kevin se acerco hacia la puerta con disimulo, hacia como que estaba arreglando el pomo de una de las puertas cercanas a la entrada, Henry se le quedo mirando extrañado, el no había dado ningún parte de arreglo, pero no le dijo nada y dejo que siguiera, empezaron a entrar todos camino de las aulas, paso un rato hasta que la vio entrar, Katia iba hablando con algunos de sus compañeros, Kevin pensó que iba distraída y que no se daría cuenta de su presencia, pero Katia si le había visto, le miro y le saludo con una sonrisa, el joven muy nervioso porque no se lo esperaba también la saludo.
-Chaval-le dijo Henry  al darse cuenta-veo que te gusta esa chica.
Kevin no sabia que decir, estaba tan nervioso que no le salían las palabras.
-Vamos chico respira, que te va a dar algo-le dijo Henry.
Cuando ya se calmo le explico que la había visto el día anterior y que se había quedado prendado de ella, y que no sabia como acercarse a ella porque era muy tímido.
-Usted sabe quien es, sabe si sale con algún chico.
-Si se quien es, se llama Katia, es una chica muy agradable  que yo sepa no sale con nadie, ahora te toca a ti averiguar el resto.
El chico le agradeció la información y se fue, estuvo todo el tiempo pensando como haría para volver ha encontrase con ella, cuando de repente escucho a uno de los profesores, que iba caminando por los pasillos quedando con otro a la hora del recreo para tomar un café, eso le dio una idea al joven, en lugar de tomarse el bocadillo donde siempre, hoy lo haría en la cafetería.
“Seguramente ira allí a la hora del recreo con sus compañeros”-pensó
Entro y miro de un lado a otro, pero había demasiados alumnos y profesores y los que estaban de pie no dejaban ver a los que estaban sentados, creyó que iba a ser poco más que imposible verla, busco donde poder sentarse, justo a su lado dejaban una mesa vacía, estaba desenvolviendo el bocadillo cuando noto una mano que se posaba en su hombro
-Hola-dijo Katia
El joven al oír su voz se volvió, no se lo podía creer, estaba allí a su lado, la chica que le quitaba el sueño.
-Hooola–contesto nervioso a la vez que se levantaba como muestra de educación.
Katia extendió su mano para presentarse mientras esta le sonreía y le decía su nombre, el chico le ofreció su mano y le dijo el suyo. Se sentaron y los dos se quedaron mirándose sin saber que decirse.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Capitulo 4

Katia salio de la pista y se sentó, los demás la siguieron y la estuvieron preguntando sobre lo que había pasado, la joven no quería hablar del tema pero ante la insistencia de sus amigos no tuvo mas remedio, estuvieron un buen rato cambiando impresiones sobre aquellos tipos y se les paso el tiempo con la charla, una de las chicas les aviso que tenían que marcharse, Mark le señalo con el dedo el reloj a Sila, era el aviso de que se tenían que ir, se fueron hacia la puerta mientras Sila y Robert les seguían. Llegaron a la parada del autobús cuando este todavía no había llegado, los jóvenes mientras esperaban hablaban de lo bien que se lo habían pasado y reían. Robert estaba a una pequeña distancia con Sila, le daba instrucciones de donde se tenía que sentar.
-Ya sabes lo que tienes que hacer cuando subas al autobús, vete al fondo y no dejes que nadie se siente a tu lado, me has entendido-le dijo en tono amenazante a la muchacha.
La joven agacho la cabeza y asintió a las palabras de su novio, pero Katia al escuchar aquello no pudo evitarlo y se acerco hacia la pareja.
-Sabes, yo he venido sentada a su lado y me voy a ir sentada a su lado, te guste o no, o también me vas a decir donde tengo que sentarme-le dijo  
Al joven le salían chispas de los ojos, vio como cerraba los puños y como se mordía el labio, señal de que se estaba controlando de darle un puñetazo, hubo un momento que la temblaron las piernas, alguno de los amigos al ver aquello la llamaron pero ella se quedo al lado de su amiga, no mostró debilidad en ningún momento, por fin llego el autobús y la pareja se despidió, cuando llegaron arriba las dos amigas se sentaron juntas detrás, miro por la ventanilla y vio que el tipo seguía con la misma cara de enfado, le miro y con una sonrisa en la boca le dijo adiós con la mano hasta que desapareció de su vista, su amiga ni siquiera se atrevió a mirar, sabia que lo que le había dicho su amiga le había enfurecido.
-Porque le has hablado así-le comento Sila.
-Pero es que no te das cuenta de lo que esta haciendo contigo, te esta anulando como persona-le dijo Katia enfadada.
Sila no contesto, ya tenía bastante con pensar en el enfado que tendría su novio en esos momentos. Se hizo el silencio durante todo el camino, solo se oían las risas de los amigos.
Era Sábado, después del desayuno se juntaron todos en el vestíbulo, como hacia buen tiempo salieron fuera a los jardines y comenzaron a hacer grupitos, los que habían ido juntos a la Disco se pusieron a comentar lo que había pasado la noche anterior.   
-Visteis como se enfrento Katia al tipo con el que esta saliendo Sila, si hubiera tenido cuchillos en los ojos se los habría clavado-comento Simon.
-Se arriesgo demasiado, creo que ahora va a ser el punto de mira de todos esos matones-dijo Sandra.
-Puede que si pero ella esta preocupada por su amiga, o es que vosotros no haríais lo mismo por un buen amigo-siguió  Mark.
Después de un rato dejaron de hablar sobre el tema. El resto del fin de semana transcurrió con normalidad aunque solo se las vio a las amigas durante las comidas.
Comenzó la semana, Henry abrió las puertas  y cada uno se fue metiendo en el aula correspondiente a su asignatura. Estaba vigilando los pasillos cuando escucho a la ayudante de la Directora detrás de el.
-Buenos Días Henry  que tal va todo
-Bien, todo controlado señorita Dora, necesita algo.
-Si, quiero que vaya al aula donde esta Sila Regis y le comunique que la Directora quiere verla cuando terminen las clases.
-De acuerdo señorita Dora ahora se lo digo, necesita algo más.
-No Henry muchas gracias…hasta luego que tenga un buen día.
-Hasta luego señorita, lo mismo la deseo.
Dora se fue caminando hacia la puerta de entrada de su despacho.  Henry miro en la lista de alumnos haber que clase la tocaba a la joven a esa hora, cuando la encontró se dirigió hacia el aula y a través de la ventanilla de la puerta le hizo una señal  al profesor que estaba dando la clase para que saliera.
-Buenos días Henry, algún problema-le pregunto el profesor.
Henry le saludo y le dio el recado que le  había ordenado la secretaria de dirección, después se despidió y se marcho. Toco la campana y estaban saliendo cuando el profesor paro a su alumna y le dio el recado. Cuando finalizaron las clases Sila se dirigió al despacho de la Directora, iba un poco nerviosa, no entendía para que la había llamado, cuando llego pidió permiso para entrar, Dora, la ayudante, estaba allí sentada detrás de la mesa del despacho, al ver a la joven la hizo una señal con la mano para que pasara y la mando sentarse.
-Tienes que esperar un momento, esta ocupada, en seguida esta contigo.
Sila se sentó, habían pasado escasos dos minutos cuando Dora recibió una llamada y la mando pasar al despacho de la Directora, llamo a la puerta y entro.
-Con permiso señorita.
La señorita Benton la mando pasar y sentarse, entonces comenzó a hablar.
-Te preguntaras para que te he llamado.
-Pues si, no creo haber hecho nada malo.
-Depende a lo que tu llames hacer algo malo, he tenido una reunión con los profesores y me han dicho que no pones interés en los estudios y que estas todo el día como ida, además tienes mala cara y has perdido peso, si sigues así vamos a tener que llamar a tus padres y comunicarles lo que esta pasando, así que he preferido antes hablar contigo para saber que problema tienes e intentar solucionarlo antes de darles un disgusto.
La joven agacho la cabeza y guardo silencio, no quiso  contestar, sabia que podría empeorar la situación si lo hacia.
-Esta bien, si no quieres decirme que te pasa me veo obligada ha tomar medidas, no saldrás del campus excepto para ir a las clases, la hora de las comidas y para ir a tu habitación durante los próximos quince días.
La joven levanto la cabeza de golpe y se la quedo mirando, hizo intención de decirla algo pero se dio cuenta y se mordió el labio, no podía decirla que salía con un chico y que este no se lo iba a tomar muy bien. La directora se dio cuenta de la reacción y aunque esperaba que al fin la dijera algo no fue así.
-Bien, creo que ya hemos terminado, ya te puedes ir ha tu habitación hasta la hora de la cena.
Iba caminando por el pasillo con lagrimas en los ojos, solo pensaba que no iba a poder ver a su novio en dos semanas, en ese momento  era lo único que la importaba. Entro en la habitación, cerro la puerta tras de si de golpe, tiro la mochila al suelo y empezó a proferir insultos, Sandra estaba sentada haciendo trabajos en el ordenador y se levanto de golpe al ver a su compañera tan cabreada.
-Que pasa, me has asustado-le pregunto Sandra.
Sila se volvió hacia su compañera, la miro de muy mala manera y comenzó a decirle barbaridades, como si ella tuviera la culpa de lo que la estaba pasando, Sandra viéndola tan enfadada prefirió no insistir y se volvió al ordenador a seguir con sus tareas, cuando llego la hora de bajar a cenar no se atrevió a decirla nada, se bajo ella sola, cuando llego al comedor se acerco donde estaban Katia y el resto de compañeros, al verla llegar sola se extrañaron.
-Como es que vienes sola-pregunto Mark-donde esta Sila.
-Uff… no os podéis ni imaginar como ha entrado esta tarde, parecía que estaba endemoniada, ha estado un buen rato insultando a la directora y también  a mi, no se lo que la habrá pasado con ella pero ha habido un momento que he sentido miedo, se ha quedado encima de la cama y no me he atrevido a decirla que era la hora de bajar a cenar, me figuro que habrá mirado el reloj al verme salir.
Todos se quedaron mirando muy serios, que podía haber pasado para que se comportara de esa manera.
-Esperaremos a que baje-comento uno de los chicos.
-No se vosotros pero yo no seré la que la pregunte después de lo de esta tarde paso, será mejor que la preguntemos mañana que estará mas tranquila-comento Sandra.
Paso el tiempo y Sila no se presento a cenar, Katia no dijo nada en toda la cena, estuvo todo el tiempo pensando que es lo que le podía haber pasado a su amiga para que reaccionara de esa manera. Se dirigía hacia el vestíbulo con el resto de los alumnos cuando la directora la paro.
-He visto que su amiga no ha bajado a cenar, hoy se lo voy  a pasar pero espero por el bien de ella que mañana no haga lo mismo.
-Vaya, eso ha sonado a amenaza-comento Simon-¿no te parece?
Katia asintió pero no hizo comentarios, los compañeros se quedaron un rato mas charlando en el vestíbulo pero ella prefirió marcharse a su cuarto, Marian al verla se fue detrás de ella, cuando llegaron a la habitación comentaron lo sucedido. Aunque no quisieron darle demasiada importancia, querían esperar para saber por boca de la afectada lo que estaba sucediendo.