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jueves, 22 de noviembre de 2012

Capitulo 10

Ya estaban todos preparados en la puerta de entrada esperando al autobús que les llevaría a visitar la ciudad, muchos de ellos todavía estaban medio dormidos, les habían hecho levantar muy temprano; por fin llegó, cogieron las mochilas y mientras subían uno de los profesores los iba contando, tenían que asegurarse que no faltaba nadie, una vez estaban todos dentro y sentados, el autobús se puso en marcha. En el camino las que mas animaban eran las chicas, le pidieron al chofer que pusiera música, la Señorita Benton iba también en el autobús y se puso a cantar con ellas, los alumnos la miraban, no se lo podían creer, siempre estaba seria y firme, verla allí cantando como si fuera uno de ellos les dejo descolocados. Ella se dio cuenta de la impresión que había causado pero lejos de amilanarse les animaba a seguir cantando.
Durante la mañana fueron a ver los edificios mas antiguos, después pararon a comer, cuando terminaron les llevaron a ver un rastrillo que ponían todos los años con figuras y adornos navideños, algunos compraron recuerdos de la ciudad para llevárselos a sus familias, la señorita Benton miró el reloj y vio que ya era la hora de volver a la residencia. El chofer ya estaba esperando en el lugar que le habían indicado y, lo mismo que por la mañana, según iban subiendo los iban contando; una vez que comprobaron que no faltaba nadie se pusieron en marcha, pero esta vez no cantaban porque iban comentando lo que habían visto.
Cuando llegaron a la residencia se fueron yendo cada uno a su habitación, muchos estaban cansados de la caminata y querían darse una ducha para relajarse antes de la cena durante la cual la señorita Benton les anuncio que la primera clase la habían anulado y podrían levantarse mas tarde, al oír la noticia todos dieron un grito de alegría y cantaron a la vez “Viva la señorita Benton.” Después de la cena todos se fueron directos a dormir, estaban derrotados y no tenían ganas de quedarse como otras noches charlando el vestíbulo.
-Me parece que esta noche no me voy a quedar dormida antes incluso de acostarme-comentó Sandra-estoy que me caigo de sueño.
-Me parece que no vas a ser la única-respondió Sila.
Y efectivamente, casi ni les da tiempo a ponerse el pijama, se dejaron caer en la cama y se quedaron dormidas.
Al día siguiente tenían agujetas de tanto caminar, menos mal que la señorita Benton les había dejado dormir un rato mas, pero aun así estaban soñolientos, los profesores se reían al verlos sentados, unos apoyaban los codos en el pupitre y se agarraban con las manos la cara, otros directamente apoyaban la cabeza, era todo un espectáculo, nadie atendía la clase, los profesores ya lo sabían de otras veces asíque fueron benévolos y no les dijeron nada.
 
Katia antes de marcharse a pasar las navidades con sus padres, tenía pensado pasar el sábado con Kevin, después de comprarles algo para llevar a sus hermanos. Kevin tenia planes para después de la comida, no había tenido oportunidad de estar a solas con ella y tenia ganas de abrazarla y besarla, la madre de Kevin había heredado un piso de su padre y estaba vacío, le  pidió la llave a su hermana, ella solía ir con Thon cuando eran novios, aunque no estaba muy seguro si a Katia le iba a gustar la idea, no quería forzar las cosas, ya tendría ocasión mas adelante. Pero todos los planes de Kevin se vinieron abajo, había estado sudando mucho haciendo ejercicio en el gimnasio, ese día no pudo ducharse porque se había estropeado la calefacción y aunque se abrigó muy bien al salir a la calle se quedo frío, durante la noche en la cama le empezaron a dar escalofríos y fuertes dolores de cabeza y pecho, llamó a su madre para que le diera un termómetro, estaba seguro de que tenia fiebre y efectivamente no se equivocó, este marcaba 39´7. Su madre le preparó un vaso de leche con miel y le dio un paracetamol para bajarle la fiebre, estaba claro que en esas circunstancias no podría ir a trabajar, cada vez que intentaba ir al baño se iba agarrando a las paredes porque no podía controlar su cuerpo, cuando se hizo de día la madre llamó a su trabajo para informarles lo que había pasado y que no podría ir a trabajar en esas condiciones. Después de hablar con el encargado la madre le puso de nuevo el termómetro para ver si le había bajado la fiebre pero apenas le había bajado dos décimas, entonces decidió llamar al medico de urgencias, tras hacerle un examen el medico les confirmó que era gripe y que se le había agarrado fuerte al pecho, le mando tomar unos medicamentos cada ocho horas durante diez días, después tendría que ir a la consulta para volver a examinarle y le recomendó beber mucha agua, se encontraba tan mal que ni se acordó de que había quedado en llamar a Katia.
Estaban ya sentados en la cafetería desayunando y Katia no hacia mas que mirar la puerta y el reloj, pero Kevin no aparecía y entonces se empezó a preocupar
-Habrá tenido alguna urgencia y por eso no ha podido venir-comentó Simon.
-Seguramente. Mas tarde si no se nada de el le llamare, haber que ha pasado-respondió Katia.
Cuando sonó la campana todos volvieron de nuevo a las clases. Pasaba el tiempo y Katia seguía sin saber nada de Kevin y decidió llamarle al móvil, le llamó varias veces pero siempre saltaba el contestador.
-Chicas no hay manera de contactar con Kevin, yo le llamaría a su casa pero no tengo su numero-les dijo Katia a sus amigas.
Sila tuvo una idea.
-Si no tienes noticias de el antes de mañana te acercas al taller donde trabaja y les preguntas.
-Buena idea-contestó Katia.
Era el ultimo día de sesión para Sila  con el doctor Morgan antes de comenzar las vacaciones navideñas, había mejorado bastante y gracias también a la ayuda y al apoyo del resto de sus compañeros estaba superando la obsesión que había tenido con Robert, cuando comenzaron a castigarla a Sila el tipo decidió pasar de ella y comenzó a salir con otras, cuando Katia se entero no pudo por menos que alegrarse de que aquel energúmeno la dejara en paz. El doctor Morgan la felicitó las navidades y la invitó a seguir yendo a las sesiones durante un tiempo cuando empezaran de nuevo las clases.
-Vendré pero menos días porque estoy perdiendo horas de clase y luego me cuesta mucho recuperarlas-le dio la mano para despedirse y también le deseo felices fiestas.
Katia aprovechó la hora del desayuno para acercarse al taller donde trabajaba Kevin, llamó a la puerta y salio un señor muy amable.
-Buenos días, que desea-preguntó.
-Buenos días, vera, me llamo Katia, ¿esta Kevin?
-¡Ah! tu eres la joven que sale con el, pues es que esta enfermo. Ayer llamó su madre para decirnos que no podrá venir en unos días, ¿no te ha dicho nada?
-Supongo que si no me ha llamado su madre es porque no debe saber nada de mi, ¿usted seria tan amable de darme el numero de teléfono de su casa?, es que el móvil le tiene desconectado y no puedo comunicarme con el.
-Pues claro, espérate un momentito que te lo busco-el hombre regresó con un papel donde había apuntado el numero y se lo dio a Katia.
-Muchas gracias señor, que tenga un buen día.
-De nada jovencita, que tengas un buen día tu también.
Katia dio media vuelta y se fue en dirección a las clases, en medio del camino se encontró con Henry, el conserje. Después de saludarla la preguntó de donde venia pues ya estaban todos en clase.
-Lo se he, pedido permiso a la directora, he venido a preguntar por Kevin, ayer no le vi en todo el día y su móvil esta desconectado, así que me he acercado al taller y les he pedido su teléfono de casa.
-A si, esta mañana al no verle he preguntado a un compañero suyo y me ha dicho que estaba enfermo-la informó Henry.
-Bueno Henry te dejo, voy a llamar haber que le ocurre.
-Muy bien, si hablas con el dale recuerdos y que espero que no sea nada.
Katia se despidió y salio andando a toda prisa, tenía que llamar antes de que comenzara la siguiente clase, se metió en el baño, era el único sitio en ese momento que podía hablar sin que nadie la molestara, y marcó el número que la habían dado.
-Dígame-escuchó la voz de una mujer al otro lado del teléfono.
-Buenos días, es usted la madre de Kevin-preguntó la joven.
-Si soy yo, quien eres tú.
-Me llamo Katia, soy amiga de su hijo de la Universidad, me han dicho que estaba enfermo y llamo para saber como se encuentra.
-Ahora mismo esta acostado, todavía sigue con algo de fiebre pero supongo que le bajara durante el día con la medicación que esta tomando.
-¿Le importaría si me acerco a verle mañana? Voy a ir a la ciudad y me gustaría verle antes de irme a pasar las fiestas con mi familia.
-Claro que no me importa, puedes venir cuando quieras.
Katia la pidió la dirección y después de darle las gracias se despidió hasta el día siguiente, la primera impresión que la dio la mujer a Katia fue buena.
Wendy, la hermana de Kevin, estaba visitando a su hermano, su madre tenia que salir a hacer compras y no quería dejarle solo, se estaban tomando un café cuando llamo Katia.
-Quien es-preguntó Wendy.
-No se, me ha contado que es una amiga de la Universidad, me ha parecido por el tono de voz que estaba preocupada.
-¿Kevin nunca te la ha mencionado?
-No nunca-contestó la madre.
-Que raro.
-No se que te parece tan raro, tu hermano nunca cuenta nada, si alguna vez me intereso por sus cosas el coge y se encierra en la habitación, nunca me contesta a  ninguna de mis preguntas, habla mas contigo que conmigo.
Entonces Wendy recordó que la había pedido la llave del piso, la contó que iba a ir con unos amigos a ver unas películas, pero después de la llamada de Katia empezó a atar cabos, lo de los amigos era una excusa para no tener que dar explicaciones, si decía que iba a llevar a una chica al piso Wendy no iba a parar hasta que le contara todo.
“Vaya con mi hermanito,-pensó mientras tomaba un sorbo de café-y parecía tonto”.
La madre la miraba, no entendía a que venia el silencio y esa sonrisita de su hija, pero antes de que la diera tiempo a preguntarla Kevin comenzó a llamarla. Las dos mujeres se acercaron a la habitación a ver que pasaba.
-Que pasa,-preguntó la madre-te encuentras mal.
-Tengo mucha sed, por favor me puedes traer algo de beber, se me ha acabado el agua que tenia aquí.
Wendy le puso de nuevo el termómetro para comprobar la temperatura, y aprovechando que estaban solos le preguntó quien era Katia. Kevin parecía haberse recuperado de golpe, la miró a su hermana con cara de no entender por que su hermana nombro a Katia, que sabía ella de su chica. Wendy miró el termómetro y comprobó que ya le había bajado la fiebre
-Que sabes tú de Katia-le preguntó a su hermana.
-Pues que ha llamado muy preocupada, quería saber como estabas.
-Es cierto, con la fiebre se me ha olvidado llamarla, esta noche que estoy mejor la llamare.
-No hace falta, mañana viene a verte.
-Que dices… como que mañana viene a verme.
-Pues si, la ha dicho a mama que quería verte antes de marcharse a ver a su familia, y claro mama le ha dicho que si.
-Es cierto… no me acordaba que el lunes se va, pero yo quería haber esperado a presentárosla mas adelante cuando lleváramos mas tiempo saliendo.
-Por eso me pediste la llave del piso he “pillin”, tu lo que quieres es llevártela a la cama.
Estaban claras sus intenciones al querer estar con Katia a solas, lo que no le hizo tanta gracia es el comentario que hizo su hermana, al fin y al cabo ella había sido la primera en estrenar el piso con el que ahora era su marido, la diferencia es que en su caso fue ella la que se le llevo a la cama. Iba a contestarla cuando entró la madre con una botella de zumo, le puso un poco en un vaso y se lo dio para que se lo bebiera, momento que aprovechó Wendy para despedirse, se estaba haciendo tarde y tenia que regresar a su casa. Wendy se acerco a su hermano para darle un beso y aprovechó para decirle algo al oído.
-Me tienes muchas cosas que contar he “pillin”.
Kevin le echó una sonrisa forzada, el nunca la preguntó y tampoco le interesó lo que hacia con Thon antes de casarse, no veía motivo alguno por el que el tenia que decirle lo que hacia o dejaba de hacer con su chica. Cuando se fue su madre le comentó lo de la llamada de Katia y su visita al día siguiente, y como sabia que su hijo no iba a decirle nada por mucho que le preguntara, le dejó solo, tenia cosas que recoger en la casa.

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