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sábado, 10 de noviembre de 2012

Capitulo 6

Era el día en la que la junta escolar se reunía para hacer evaluación de los alumnos, cada profesor llevaba una carpeta con información de cómo había transcurrido el primer trimestre, la directora dio comienzo a la sesión, ella se encargaba de dar el nombre de cada uno de los alumnos y los profesores comentaban de cómo habían ido evolucionado el tiempo que llevaban de curso, había varios que se les atragantaba alguna que otra asignatura y creían que hasta el final del curso tendrían tiempo de mejorar, solo cuando escucharon el nombre de Sila Regis les cambio la cara.
-Con Sila tenemos un problema–dijo uno de los profesores-se pasa todo el tiempo de clase con la mirada perdida, no entrega las tareas y si la preguntas que la ocurre te contesta que no la ocurre nada, yo la he impuesto castigos pero es como si no la importara, creo que habría que hacer algo.
-Hablare con el sicólogo para que hable con ella haber si conseguimos averiguar que la esta pasando-comento la directora.
Al día siguiente a primera hora llamo al despacho del Doctor Morgan, el sicólogo.
-Buenos días Arthur, soy Maguerit ¿cuando me podrías recibir para hablarte del problema de una alumna?
-A las 12´00 tengo un rato libre ¿le viene bien?-le contesto el Doctor.
-De acuerdo a esa hora me viene bien.
Eran las 11´30 y se puso en camino hacia la consulta del Doctor Morgan, la  Señorita Benton tuvo que recorrerse varios pasillos hasta llegar a la consulta, al llegar a la puerta llamo y una voz desde dentro la mando pasar.
-Buenos días Arthur.
-Buenos días, pasa y toma asiento-Maguerit entro y tomo asiento-en que puedo ayudarte.
Maguerit se puso a contarle el problema que había con Sila, cuando  termino le pregunto si creía que era necesario que acudiera a la consulta. Arthur la dio hora, creía que los argumentos que le había dado Maguerit eran suficientemente preocupantes como para hablar con la joven y averiguar que le pasaba.
-Voy a mirar en la agenda haber si puedo verla mañana-miro haber si tenia alguna hora libre-mañana  a las 10´00 tengo libre, mándamela.
 -De acuerdo, mañana te la traeré yo personalmente-y se despidió
Antes de marcharse a su despacho se dirigió hacia las aulas, quería darle ella misma el recado a la alumna, ya quedaba poco para que terminaran las clases y decidió esperar en conserjería a que sonara la campana, mientras esperaba estuvo charlando con Henry. Ya era la hora y salio camino de la entrada, sabia que allí la vería salir seguro, comenzaron a salir todos los alumnos que la miraban extrañados como preguntándose que hacia allí la directora, vio venir a la joven, se acerco hacia ella y la pidió que la acompañara para hablar, a Sila no le gusto mucho la idea pero sabia que si se negaba la volverían a castigar así que  la acompaño aunque a regañadientes, se metieron en una de las clases y cerro la puerta.
-Ayer en la reunión de profesores todos coincidieron viendo el mal resultado de tus notas y como al parecer tu no haces nada por mejorar hemos decidido que vayas ha hablar con el Doctor Morgan, vengo  ahora de verle y te ha dado hora para mañana.
-¿Cómo?-contesto Sila- yo no necesito un loquero, yo estoy bien, no pienso ir.
-No tienes mas remedio o me veré obligada a ponerlo en conocimiento de tus padres, o empiezas a tomarte en serio los estudios o vas fuera, tu veras así que  te guste o no iras a ver al Doctor vete haciendo a la idea, es mas, yo te acompañare, te quiero ver en la puerta de entrada a las 9´30, ahora puedes retirarte a tu habitación y quiero verte en la cena ¿entendido?
Sila se dio la vuelta cabreada y se marcho derecha a su habitación, Sandra al verla entrar se olio que algo había pasado, pero recordó la ultima vez que entro así y prefirió no preguntarla, ni siquiera cuando llego la hora de bajar a cenar se atrevió a decirla nada.
Estaban sentándose cada uno en su sitio cuando vieron que se acercaba hacia ellos y tomo asiento, nadie la dijo nada, se la notaba muy enfadada, Katia estaba a su lado e hizo intención de saludarla pero Sandra le quito la idea haciéndola un gesto. La Señorita Benton la observaba desde la mesa mientras cenaba. Todos los días solían juntarse un rato después de cenar en el vestíbulo antes de irse a dormir, esa noche volvió a ser el tema de conversación de todo el grupo. Sila no se quedo, se fue directamente a su habitación, lo primero que hizo al llegar es coger el teléfono antes de que su compañera viniera a acostarse, no quería que la escuchara hablar con Robert, le estuvo contando lo que la había dicho la directora.
-Lo que tienes que hacer es pasar de ella y si se pone chula la das un par de hostias y si tú no te atreves voy yo, quien se ha creído que es–contesto el tipo muy cabreado.
Sila buscaba algo de animo de su pareja y lo único que hizo fue ponerla mas nerviosa.
-¿No entiendes que si me pongo chula me pueden volver a castigar? o peor aun me expulsarían, llamarían a mis padres y tendría que volver a mi casa y no quiero, de momento tengo que aceptar sus condiciones.
-Pues para que me has llamado si no vas a hacer nada, a mi no me vengas con lloriqueos, tengo mejores cosas en las que emplear mi tiempo adiós-y colgó el teléfono. La chica se quedo perpleja sabia que Robert era posesivo pero nunca imagino que pasaría así de ella, no había pasado mucho rato cuando pensó  que probablemente era porque estaba cansado y que seguro que cuando se volvieran a ver todo volvería a su cauce.
Eran las 9´30 y la señorita Benton la esperaba en la entrada, se saludaron y se encaminaron hacia la consulta del Doctor Morgan, ninguna de las dos dijo nada en todo el camino, la puerta de la consulta estaba abierta y el doctor las estaba esperando.
-Buenos días Arthur, esta es Sila.
Arthur se levanto y le dio la mano
-Hola Sila, espero que me veas como a un amigo.
-Yo no te conozco, no puedes ser mi amigo, además  estoy aquí porque me han obligado.
Arthur ya estaba acostumbrado ha ese tipo de contestaciones así que no le dio importancia, la mando sentarse mientras se despedía de la Señorita Benton.    
Ya estaban todos los alumnos en clase, en los pasillos solo se oía al personal de mantenimiento, Henry conversaba con Elis, una de las limpiadoras, cuando vio pasar a Kevin, llevaba una sonrisa de oreja a oreja.
-Vaya, hoy te veo muy contento, creo que es la primera vez que te veo sonreír así desde que te conozco-comento Henry.
-Uyuyuy, para mí que esa sonrisa es por una chica-dijo Elis.
El joven les miro pero no les dijo nada, solo levanto un poco los hombros y se fue con su gran sonrisa.
-Hay Dios, quien fuera joven–comento Elis.
Henry se despidió de la mujer y se marcho a hacer sus obligaciones.

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