Julia golpeo despacio la puerta de la
habitación de su hija y entró, la joven estaba despierta.
-Katia cariño levanta, la cena esta lista.
Katia se levantó y salió de la habitación
agarrada del brazo de su madre, los demás ya estaban sentados cuando llegó a la
mesa. La cena transcurrió tranquila, los chicos no molestaron a su hermana con
preguntas, la madre la miraba de vez en cuando, notó tristeza en sus
ojos (las madres notan cuando sus hijos no están bien) y la veía un poco
ausente, no quiso preguntar que la pasaba, esperaría a estar a solas con ella.
Después de cenar los hermanos se fueron a ver la tele a la habitación y el
padre se acostó, al día siguiente tenia que madrugar para ir al trabajo, Katia
se quedó ayudando a su madre y después se sentaron en el sofá, entonces
aprovecho Julia para hablar con su hija.
-Que te pasa cariño, te noto triste, ¿tienes
problemas con Sila?
-Julia creía que habían discutido las dos
amigas.
-No mama, Sila y yo nos llevamos muy bien.
-Pues que es lo que te tiene tan
preocupada, ¿es que alguien se mete contigo en la universidad?, si es así
puedes contármelo.
-No tampoco se trata de la universidad,
allí dentro nos llevamos todos bien.
-Pues si no es por Sila y en la universidad
todo esta bien, porque estas así.
Katia no quería hablarle de Kevin y menos
contarla lo que había pasado con el, la daba vergüenza, ciertas cosas solo se
cuentan a las amigas.
-Entonces debe ser por un chico, o me
equivoco también.
Katia con la mirada dio la respuesta a su
madre. Julia viendo que su hija estaba incomoda dejo de insistirla, pensó que
era mejor dejar el tema y preguntarla en otro momento. Katia le dio las buenas
noches a su madre y se fue a acostar, la costaba dormirse y cuando lo conseguía,
soñaba con los dedos de Kevin pasando entre sus cabellos acariciándola la nuca,
sus brazos apretándola contra su pecho, sus labios rozando su cuello y
acariciándola lentamente la mejilla, en
cada beso en cada caricia había excitación y deseo. Pero la magia se
rompía cuando al despertar volvía a la realidad y se preguntaba porque el había
terminado estropeando algo que podía haber sido tan hermoso.
Kevin seguía sin dar señales así que
decidió pasar las Navidades intentando no pensar en el, aunque sabia que le iba
a resultar difícil. Sila llamó a Katia para que la acompañara a la plaza del
pueblo, habían puesto una carpa e iban a ver que músicos actuaban esa noche. Al
llegar vieron que había ido mucha mas gente joven que otros años, muchos de los
cuales no conocían, se acercaron al grupo que ya conocían de otros años, estos
ya se habían presentado a los nuevos, Katia y Sila hicieron lo propio y al cabo
de 10 minutos charlando con los nuevos era como si se conocieran de toda la vida.
Quedaron todos en el kiosco que había dentro de la carpa después de la cena para
ver las actuaciones y bailar al son de la música. A pesar del frío las dos amigas se pusieron
falda corta y unas blusas escotadas, sabían que dentro de la carpa terminaría
haciendo calor (aunque llevaron puesto un abrigo desde casa hasta la plaza). Las
dos amigas bailaban y tarareaban las canciones junto al grupo de amigos cuando
uno de ellos grito un nombre, levantó el brazo y moviéndolo a la vez que la
mano le indicaba que se acercara a donde estaban ellos, todos se volvieron
haber quien era el chico, se acercó al grupo donde fue presentado al resto, era
Frank el hermano de David, uno de ellos, era la primera vez que iba a pasar las
navidades al pueblo, después de las presentaciones se puso a bailar con los
demás. Frank destacaba del resto, tenia un físico que llamaba la atención de
las chicas, moreno, con ojos claros, cuerpo atlético y su altura era de 1´90 con
buen sentido del humor. Desde que llegó hasta que se fueron la mayoría de las
chicas que había por allí se le acercaban continuamente, cosa que molestaba
mucho a sus amigas y sobre todo a Sila y Katia que recibían empujones de
aquellas que querían ponerse a su lado, entonces las dos amigas decidieron
salirse de la pista y se acercaron al kiosco que había dentro de la carpa a tomarse un refresco, la
mayoría terminaron siguiéndolas viendo que era imposible dar un paso sin
tropezarse con todas las chicas que tenia Frank a su alrededor, el joven al ver
que sus amigos empezaron a abandonarlo decidió abandonar también y juntarse con
sus amigos, una vez reunido el grupo, se pusieron a contar como les iba a cada
uno la vida y así se les paso el tiempo, las chicas fueron las primeras en
querer marcharse a casa aunque no sin antes quedar para juntarse en unas horas.
Caminó a casa y Frank no paraba de preguntarle a su hermano David cosas sobre
Sila, pero David estaba tan cansado que pasaba de contestarle. Cuando llegó a
casa, Katia se fue derecha a la cama y no tardó en quedarse dormida. Era casi
la una de la tarde cuando sonó el teléfono, la joven estaba medio adormilada,
entonces escuchó como su madre tocaba la puerta y a la vez entraba en la
habitación.
-Katia cariño despierta, te llaman al
teléfono.-la decía mientras la daba pequeños movimientos intentando despertarla
del todo.
-Quien es-preguntaba mientras pegaba su
cabeza en la almohada.
-No se. Dice que es la madre de Kevin.
Katia se despertó de golpe al escuchar
decir a su madre aquellas palabras y se levantó tan deprisa que parecía que la
habían puesto un petardo en el culo, su madre no daba crédito a lo que estaba
viendo y se preguntaba quien seria esa señora.
-Buenos días Rose que tal estas-preguntó la
joven.
-Bien ¿y tu como te encuentras?
-Estoy bien, anoche estuve de fiesta así que
me has pillado durmiendo.
-Lo siento, no lo sabia, pensé que esta era
la mejor hora para llamarte pero si es mal momento te llamo mas tarde.
-No importa ya estoy despierta.
-Solo quería felicitarte las fiestas, decirte
que hable con Kevin después de marcharte y me contó lo que paso entre vosotros.
Quiero que sepas que no me ha gustado nada su comportamiento y así se lo he
hecho saber.
-Te agradezco tu llamada, yo también te
deseo felices fiestas, ahora lo único que me importa es estar con mi familia,
cuando vuelva ya hablaremos-y se despidió de ella amablemente.
La madre de Katia estaba sentada en el sofá
escuchando mientras su hija hablaba, sentía curiosidad por saber quien era
aquella mujer asíque cuando colgó el teléfono la preguntó. Katia no tuvo mas
remedio que contarle a su madre toda la historia, cuando terminó la madre
comenzó a reírse, cosa que a Katia la molestó porque no le veía la gracia por
ningún lado, cuando paró de reír la explico el motivo.
-Perdona cariño pero es que lo que me has
contado es algo muy parecido me paso a mi con tu padre cuando comenzamos a
salir, estábamos en casa de sus padres,
era verano y yo llevaba un vestido de tirantes ajustado al cuerpo y se me
marcaba el pecho, estábamos sentados en el sofá viendo la televisión mientras
tus abuelos tomaban el aire fuera, en el patio que tenían detrás de la casa,
recuerdo que al cruzar la pierna el vestido se me subió un poco dejando al
descubierto un poco el muslo, entonces coloco su mano sobre mi pierna y empezó
a subirla intentando pasarla por debajo de mi falda, yo me puse muy nerviosa
pensando que en cualquier momento podían entrar tus abuelos, le retire la mano,
me levante y sin mediar palabra me fui, estuvimos varios días sin hablarnos,
cuando se dio cuenta del porque yo había actuado así vino a disculparse y ya no
volvió a hacerlo. A Katia la reconforto escuchar a su madre porque entendía por
lo que ella estaba pasando y estaba segura que ella también aceptaría las
disculpas de Kevin.
-Buenos días,-interrumpió Sila cortando la
conversación que mantenían madre e hija-que tal has dormido-preguntó a su
amiga.
-Bastante bien aunque no lo suficiente ¿y
tu?, te veo muy despierta.
-Me ha despertado el ruido de la aspiradora
y he decidido levantarme.
Después de tomarse unas tostadas y un vaso
de cacao que su madre la había preparado, Katia se metió en la habitación con
su amiga, querían mirar que ropa se iban
a poner, estuvieron un buen rato mirando vestidos y zapatos mientras los
elegían. Katia le contó a su amiga la conversación que había tenido con Rose y
Sila notó tristeza en su amiga mientras se lo contaba.
-Vamos, ningún tío merece que tu estés
triste, quiero que estos días te olvides de todo y te diviertas, seguro que el
abra quedado con sus amigos y lo estará pasando bien.
-Tienes razón los días que me quedan de
estar aquí no voy a pensar mas que en divertirme.
Se había hecho tarde y Sila tenia que
volver a casa, quedaron para vestirse y salir juntas desde casa de Katia al
baile.
Cuando llegaron al baile ya estaban casi
todos sus amigos, se saludaban con un beso en la mejilla según iban llegando,
Frank fue el ultimo en llegar y ya estaban todos pidiendo la consumición, Sila
estaba de espaldas y el se puso detrás pegándose a ella, tanto, que sus cuerpos
se tocaban, la joven se dio la vuelta a mirar, Frank aprovechó el momento para
besarla, Sila ruborizada miraba de un
lado a otro por si alguien de su amigos lo habían visto, respiro profundo
cuando comprobó que todos estaban distraídos y no se habían enterado, entonces
dio un paso hacia atrás pegándole un pequeño empujón y se dirigió hacia donde
estaban los demás. Katia fue la única que se dio cuenta que su amiga estaba
nerviosa, se la llevo a un lado de la barra y la pregunto que la ocurría, Sila
la contó lo que había pasado.
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