Katia era una joven tímida, buena estudiante,
desde pequeña su sueño siempre había sido poder ir a la Universidad. Ahora
aquel sueño iba a convertirse en realidad, había conseguido aprobar todos los
exámenes con muy buenas notas. Nacida en un pequeño pueblo donde todos se
conocían, sus padres tenían un negocio de alimentación en el que pasaban muchas
horas, tenían que hacer muchos sacrificios para que sus hijos pudieran formarse,
no querían que les pasara lo que a ellos que no tuvieron oportunidades, sus abuelos
habían sido campesinos y lo mas que pudieron darles fue unas pequeñas tierras a
el y a sus hermanos. El padre de Katia fue el único que vendió las tierras y se quedo en el
pueblo, como a el no le gustaba el campo se monto su propio negocio, era la única
tienda que había así que todos los lugareños era donde iban a comprar. La madre
de Katia solo atendía la tienda por las tardes junto a su padre, por la mañana
se dedicaba a atender las tareas de casa y a cuidar de los niños, la escuela no
era muy grande y como muchos del pueblo habían emigrado pues no quedaban muchos
niños. Katia no quería decepcionar a sus padres que habían puesto toda su
ilusión en que algún día todos sus hijos pudieran salir de allí donde tendrían mas
y mejores oportunidades. La primera en
salir seria su hija, también sabían que la echarían de menos pero estaban
preparados, sabían que solo la verían en vacaciones pero lo tenían asumido.
Pero Katia no se iría sola, su amiga de siempre también la acompañaría, iban a
estar juntas en la misma Universidad así que pensó que por lo menos habría
alguien con la que compartir vivencias. Sila era todo lo contrario a Katia, era
muy extrovertida y tenia mucha energía la gustaban las fiestas, hija única
nunca, tuvo que compartir con otros hermanos, el padre trabajaba en el ayuntamiento
y la madre era costurera, los volvía locos, nunca los hacia caso, siempre hacia
lo contrario de lo que ellos la decían, la consintieron demasiado y ahora
estaban sufriendo las consecuencias, así que cuando les dio la noticia vieron el cielo abierto cuando les dijo que
había conseguido entrar en la
Universidad, pensaron que allí la enseñarían a ser disciplinada…
nada mas lejos de la realidad pero claro, que sabían ellos de cómo se vivía
fuera del pueblo si apenas habían salido de el. Las dos jóvenes se irían al
comenzar el curso así que sus padres estuvieron todo el verano preparando su
marcha, habían ahorrado un poco para que pudieran cubrir algunas necesidades
durante el curso.
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